“Hay un tiempo para cada cosa y todo lo que hacemos bajo el sol tiene su tiempo…” (Ecle 3, 1) Nos dicta nuestra Sagrada Escritura.
Texcoco, Méx. 28 de febrero 2015. El tiempo para reflexionar acerca de “El Perdón” llegó este sábado de febrero, en el Seminario Introductorio “San Sebastián”, Texcoco, Estado de México.
La mayor parte de la comunidad-participante acudió puntualmente, porque la necesidad de atender espiritualmente las heridas del alma, es apremiante.
La primera acción para asumir la responsabilidad de las heridas del alma es sentirse necesitado de ayuda, de manera que haciendo oración al Espíritu Santo, se abrió la puerta de un corazón herido.
Durante la mañana a manera de taller, los participantes, poco a poco fueron reconociendo las ofensas en su vida, para poder evaluarlas y darles dirección:
“Cuando a mí me ofenden: yo perdono y decido reconciliarme”
“Cuando mi consciencia entra en acción, tengo culpa. Me perdono con misericordia”
“Cuando yo ofendo, reconozco y pido perdón sin humillarme”
“Cuando ofendo a Dios: “La única esperanza, la única confianza, la única promesa firme que tenemos es la Misericordia del Señor. (Confesiones de San Agustín Libro X, 32,48)
Reflexionando en comunidad, la Tanatóloga: Rocío Andrade Valencia, motivó al público señalando:“El Ser Humano ha sido creado graciosamente por Dios a Su Imagen y Semejanza. Pero éste se ha alejado voluntariamente de Dios, fuente de luz y vida, llevado por la ilusión de una felicidad engañosa. En consecuencia, siguiendo su propio camino, se ha perdido en la oscuridad, en la región de la desemejanza y la imagen legitima de criatura espiritual, se ha deformado.
A pesar de ello, el Ser Humano retiene una “memoria de Dios”, de su Providencia y también de su Misericordia escondida, al igual de su “voz” que no cesa de llamar al regreso.
El retorno, con una voluntad unificada es la respuesta del Ser Humano que sólo darse con la gracia de Dios manifestada en la mediación de Cristo.
La conversión ofrece la posibilidad de re-formación y restauración espiritual.”
Con el objetivo de darse cuenta de qué manera el Ser Humano acciona ante la maldad, la Tanatóloga, ofreció una dinámica-vivencial a través de canciones alusivas al odio, venganza y deseos de muerte.
Guiados por la sensibilidad de la “Interioridad Agustiniana”: “Por el camino de la interioridad se llega a la verdad”; se invitó a la comunidad a cuestionarse a través de la lectura de la Palabra.
Tiempo más tarde, el Padre Bernardo Rivera Domínguez, animó el retiro con una plática introductoria al “Perdón y la Reconciliación”. Posteriormente, acompañó a la comunidad a experimentar el perdón en la capilla del seminario donde primeramente expuso el Santísimo, para que en compañía del Señor los participantes trabajaran sus heridas del alma.
La sintonía espiritual se vio reflejada satisfactoriamente cuando se leyó el evangelio San Mateo 5, 43-48
…“Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre Celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos…”
Los participantes se unieron en la Eucaristía, sintiéndose más confortados y aliviados.