“Es momento de tener una Iglesia solidaria, fraterna y más comprometida”
Chicoloapan, Méx. 11 de febrero 2014. En el día Mundial del Enfermo, la diócesis de Texcoco a través del padre Juvenal Ortega Galindo, director diocesano de Misiones y el equipo de dimensión de misiones organizó su encuentro diocesano con los enfermos en instalaciones del Centro Nacional de Reconciliación de los Misioneros Servidores de la Palabra, ubicado en el camino viejo a Chimalhuacán s/n San Vicente Chicoloapan, Méx.
Acompañados de un familiar llegaron los enfermos a inscribirse; la ambientación la realizó el “Ministerio de Música Ríos de Agua Viva”, la bienvenida estuvo a cargo del P. Juvenal, y posteriormente inició la Hora Santa, en donde se adoró a Jesús Sacramentado y se pidió por los enfermos de nuestra Diócesis y por nuestra Iglesia Universal.
Durante este espacio se confesaron los enfermos, enseguida llegó el Obispo de Texcoco, don Juan Manuel Mancilla Sánchez, saludó a algunas personas dio la bendición con el Santísimo Sacramento a todos los presentes.
Alrededor de las 12:00 hrs. monseñor Juan Manuel Mancilla Sánchez presidió la celebración Eucarística, acompañado por el P. Erasto Pacheco Ramos, Vicario de Pastoral, P. Fabio Bamminelli, de la comunidad de Villaregia, P. Efrén Velásquez Cerón, P. Alejandro Flores Caballero, P. Celso Ruperto Martínez Ponce, P. Ezequiel Vázquez Briceño y P. Brígido Guzmán Alonso, y algunos diáconos.
En su homilía Don Juan Manuel señaló: “yo, con la misericordia de Dios, por el cariño que les tengo junto con mis sacerdotes, esta mañana le dije a mi Padre Dios: este pueblo te honra con su corazón y con sus labios, sé que todos ustedes, mis queridos hermanos, han venido aquí por un amor inmenso a Cristo, por una confianza total a Dios (…) su corazón está en las manos de Dios, tal vez pronuncien una queja, una duda una amargura, a pesar de ello su corazón es íntegro y total. Jesucristo trajo un cambio total a su Iglesia, invitó especialmente a los enfermos a no quitarle su corazón a Cristo, a poner sus ojos, su cuerpo su alma y su espíritu en las manos de Cristo”.
Invitó a los enfermos a ofrecer sus sufrimientos y tribulaciones por la Iglesia católica para que “siga enviando la palabra que consuela, (…) para que siga proporcionando el cuerpo y la sangre de Cristo”.
Finalmente instó a los organizadores del encuentro a comprometerse para que en las parroquias, sectores, casas de oración, pequeñas comunidades, Pastoral Social, Pastoral de la salud y Misiones, la acción sea cada día más vigorosa y organizada para ir a donde están las personas abandonadas o con desventajas y necesidades.
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