Alégrate Vida Consagrada
Texcoco, Méx., 07 de diciembre 2016. En un ambiente de cordialidad y alegría se llevó a cabo la Posada anual de la Vida Consagrada en el Claustro de la Catedral de Texcoco a las 7:00 p.m., a este evento acudieron seminaristas, religiosos y religiosas de las distintas comunidades religiosas de la diócesis, y sacerdotes encargados de las diferentes dimensiones para la Vida Consagrada.
Los Misioneros Servidores de la Palabra se encargaron de la realización de una pastorela llamada “La gran mentira”, y las religiosas que integran el Diplomado de Espiritualidad y formación en los Salmos, se hicieron cargo de amenizar con villancicos. A este acto asistió Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, quien agradeció la labor del padre Gonzalo Morales Escobar, Vicario Episcopal para la Vida Consagrada al frente de esta comisión y dirigió una invitación a la unidad y a la formación, a la vida consagrada de acuerdo a sus carismas: “Seminaristas y religiosos, todos, vamos a seguir buscando la manera de anunciar creativamente, incluso sorprendentemente el Evangelio. Los invito a que nos unamos y que con este espíritu caminemos a lo largo del año litúrgico.”
El Pbro. Gonzalo compartió el saludo y la bendición que el Papa Francisco dirigió a la Vida Consagrada en el primer Encuentro Mundial de Vicarios Episcopales para la Vida Consagrada que se celebró este año en Roma, así como un mensaje navideño: “Pido a Dios que esta Navidad el niño Dios haga renacer en nuestras comunidades, y en sus comunidades nuevamente en el amor y en la misericordia, que sea una oportunidad para empezar de nuevo y que cada día nuestro testimonio sea un símbolo profético del mundo que tanto necesita del gran amor de Dios, Dios permita que el año que llega nos regale muchas vocaciones”.
Este evento ofreció la oportunidad para que la Vida Consagrada ofreciera un mensaje de agradecimiento y felicitación al padre Gonzalo Morales por la celebración de sus XV años de ordenación sacerdotal este 08 de diciembre, y finalizó con la tradición de romper las piñatas.