Los terremotos de 8.4 y 7.1 grados con fechas de 7 y 19 de septiembre, y las posteriores réplicas, afectaron gravemente la estructura de 5 templos de la Diócesis de Texcoco, los cuales, por determinación de Protección Civil, fueron cerrados a las celebraciones litúrgicas y para cualquier actividad que pueda poner en riesgo la vida de los feligreses. Por lo que se habilitaron lugares alternos para realizar los servicios religiosos.

Hasta ahora no se tienen reportes de daños sufridos entre la población ni de familias que lamenten la pérdida de un ser querido en la Ciudad de México o en otro Estado. La población ha experimentado gestos de solidaridad, para llevar ayuda humanitaria especialmente a las diócesis de Tehuantepec (Oaxaca) y Cuernavaca (Morelos).

Los templos con graves daños son: San Vicente Chicoloapan, Santa María de Guadalupe Xochiaca, en Chimalhuacán, Santa María Tulantongo y San Diego de Alcalá, en Texcoco, y El Señor de la Misericordia Chimalhuacán. 

Se registraron algunos daños considerables en paredes de las oficinas de la Curia y salones de la Catedral de Texcoco, así como en los templos de San Judas Tadeo Chimalhuacán, Nuestra Señora de la Soledad Chimalhuacán, Santa María Magdalena Panoaya Texcoco, San Bartolomé Tequisistlán, San Andrés Chiautla, San Agustín Chimalhuacán, San Diego de Alcalá Xochimanca Texcoco, y en el Seminario de Cristo Rey para las Vocaciones Adultas en Coatlinchan Texcoco.

La mayoría de los templos reportaron daños aparentemente superficiales o se consideraron no graves.

Desde el 11 de septiembre se habilitó la Parroquia de San Antonio Texcoco (Hospitalito) como centro de acopio diocesano donde se concentra toda la ayuda humanitaria que se está entregando en todas las comunidades parroquiales. Además de los centros de acopio que se abrieron en los institutos educativos católicos y en la Universidad Autónoma de Chapingo por medio de la Pastoral Universitaria.

Don Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, ha visitado las comunidades afectadas y emitió un comunicado con fecha del 20 de septiembre de 2017, en el cual destacó: a) La previsión de parte de los Párrocos para la ocupación de los templos y tomar las medidas de seguridad necesarias para el cuidado de la feligresía. b) El impulso de la caridad y la solidaridad de sus agentes y fieles para unirse en oración por las víctimas y para donar, con gratitud, económicamente y en especie a beneficio de los damnificados.