59° Peregrinación de la Diócesis de Texcoco a la Basílica de Guadalupe
59° Peregrinación de la Diócesis de Texcoco a la Basílica de Guadalupe
Ciudad de México, 14 de noviembre de 2018. Ni el frío ni la lluvia lograron hacer desistir a miles de fieles de la Iglesia Particular de Texcoco a acudir puntualmente a su cita con la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac.
Cientos de adolescentes y jóvenes, ministros extraordinarios de la comunión y agentes de pastoral, fueron presurosos a agradecer a Dios por intercesión de la Santísima Madre de todos los mexicanos, su infinito amor, misericordia y bondad.
Al frente de la peregrinación anual al recinto mariano de Nuestra Señora de Guadalupe, Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, presidió la Santa Misa concelebrada por el Presbiterio diocesano, donde participaron con el Pueblo de Dios, el Seminario Mayor de Texcoco, el de Cristo Rey y Santa María de Guadalupe para las Vocaciones Adultas, y el de los Misioneros Servidores de la Palabra, además de los Institutos Religiosos, Asociaciones y Movimientos Laicales.
Al inicio de la celebración Mons. Luis Felipe García Álvarez, canónigo de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, dio una entusiasta bienvenida a la Iglesia diocesana, agradeciendo el haber sido tomado en cuenta por los adolescentes y jóvenes quienes le obsequiaron la cruz pectoral por el Año de la Juventud y pidió siempre “agradecer a Dios con un corazón joven”.
Mons. Luis Felipe señaló que la Diócesis de Texcoco “siempre ha sido de ella” –de la Santísima Virgen de Guadalupe- que la Iglesia diocesana “siempre se ha levantado por Ella y hoy la visita para dar gracias. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Santa María de Guadalupe! ¡Viva Texcoco!”; concluyó.
Como respuesta, don Juan Manuel Mancilla expresó que la Diócesis de Texcoco “aquí se siente en su casa. Gracias por ayudarnos a confiar y mostrarnos tal como somos ante nuestra Madre. Texcoco la quiere y la llena de bendiciones. Te agradezco hermano”.
Posterior a la bienvenida, don Juan Manuel invitó a los presentes a ponerse en la presencia de Dios: “Traemos tanta alegría, ilusiones y devoción. Traemos nuestros pecados, errores y deslealtades. Por eso nos inclinamos humildemente ante el Creador de la Vida, ante la intachable y amorosa Madre, y pedimos perdón”.
Dentro de la celebración se clausuró el Año de la Juventud, se instituyeron los ministros extraordinarios de la comunión, y se oró por los esfuerzos de la acción pastoral que tiene como meta para el año 2019, entrar a una nueva fase de la primera etapa del Plan Diocesano de Renovación Pastoral, como el Obispo de Texcoco lo señaló en su homilía: “Dios nos ha puesto como el espacio providencial para que se manifieste su gracia, su poder, su amor, por la comunidad. Esto viene muy bien con nuestro Plan Diocesano de Pastoral que sigue avanzando. Hemos tenido un tiempo muy fuerte en donde buscamos la reconciliación, yo en verdad veo un presbiterio reconciliado, veo comunidades reconciliadas, y a partir de este 2019, nuestra gran meta universal será la Fraternidad; la fraternidad que incluirá a todos los sectores, a todas las edades, mentalidades, ocupaciones”.
Puedes revisar la homilía completa
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