Instituido para celebrarse en nuestro país el primer domingo de marzo, el 5 del presente, en México celebraremos el “Día de la Familia”, con el objetivo de resaltar la trascendencia de esta Institución en la sociedad: de la unidad e integración  familiar. Es de gran importancia reconocer y valorar todos los esfuerzos realizados en torno a la célula fundamental de la sociedad y de la Iglesia, sobre todo, en esta época que se ha caracterizado por una sociedad cada vez más deshumanizada, intolerante, víctima del relativismo y de la cultura del descarte, entre otras muchas circunstancias que ponen a prueba la institución familiar, pues esta suele fracturarse y entrar en crisis.

Ante este panorama, se tiene que crear conciencia de la importancia de que la familia es formadora y transmisora de valores éticos, humanos y  cristianos, es en ella donde se obtienen  los primeros frutos en el amor –llámese de esposos, de padres a hijos, de hijos a nietos, etc. –como lo señalaba la Madre Teresa de Calcuta: “La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría alrededor nuestro, precisamos que toda familia viva feliz”, que abonaría mucho a la reconstrucción del tejido social.

Considerando a la familia – Ecclesia domestica (LG. 11) en la que los padres son los primeros anunciadores de la fe para los hijos, deben propiciar la apertura al dialogo con todos los miembros de la familia, especialmente con los hijos, y en palabras del Cardenal Kevin Farrell, Presidente del Dicasterio de Laicos, Familia y Juventud, durante el Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Roma en 2022: “Nuestras sociedades a menudo borran el pasado y levantan barreras, que aíslan a los mayores de los jóvenes, por lo que las familias hoy, deben ser un puente entre generaciones y entre las diferentes épocas… Las familias abrazan en sí mismas, el pasado, el presente y el futuro que complementa y enriquece a unos y a otros, en un ambiente de armonía y aceptación recíproca”; por consiguiente, la familia juega un papel decisivo en la conversión pastoral.

Todo un reto para la Institución Familiar, pero también para cada individuo dentro de la sociedad y para la Iglesia, colaborar con su granito de arena para reconstruir en cada familia, una casita como la de Nazaret, donde sobreabunde la paz, la alegría y el amor, implementando acciones concretas que favorezcan el diálogo, la unidad e integridad familiar plena, que promuevan la construcción de núcleos familiares fuertes, y que respondan a la realidad del mundo actual. A este respecto, La Dimensión Familia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que preside Mons. Alfonso Miranda Guardiola, mostrando su cercanía con todas las familias mexicanas, pone a su disposición si sitio web en el cual propone diversos materiales descargables para celebrar el “Día de la Familia”.

www.diadelafamilia.mx