Nuestro país sufre un gradual deterioro de los valores morales que afecta al valor fundamental del respeto a la vida, de la propia y la de los demás. Hay un progresivo desprecio de la vida humana, manifestado en el aumento del índice de bebés abortados, el suicidio de adolescentes y jóvenes, la violencia contra las mujeres, desprecio por la familia a la que se le niega la seguridad y los elementos esenciales para su desarrollo, ancianos olvidados y excluidos socialmente, aunado a esto, se incrementan los homicidios, secuestros, extorsiones, que ponen en riesgo la convivencia social, el estado de derecho y la vida de cada ser humano. La cultura de la muerte advertida por el Papa Juan Pablo II y la del descarte, denunciada por el Papa Francisco.

Se ha desarrollado a una insensibilidad humana, imposibilitando en muchos casos el aprecio por las personas en situación vulnerable, como los enfermos y discapacitados, y ancianos que viven en soledad, el abandono y desprotección. Estas conductas antisociales y deshumanizantes, están minando el sentido de cooperación, desafortunadamente, cada día son más desafiantes estas señales que socavan nuestra sociedad actual.

El Papa Francisco hace poco nos ha dicho: “estamos llamados a ser hombres y mujeres nuevos, según el Espíritu, afirmando el valor de la vida. ¡Eso es comenzar a Resucitar ya! (S.S. Francisco, Regina Coeli, 17 de abril de 2017).

En este contexto, la Dimensión Episcopal para la Vida, a cargo de Mons. Javier Chavolla Ramos, Obispo de Toluca, invita a todos los fieles de buena voluntad a participar de la iniciativa 1, 2, 3 por la Vida, que promueve la organización Conciencia y Participación (ConParticipación).

Esta iniciativa ofrece una manera concreta y fácil de llevar a la práctica un gesto a favor de la vida humana, y busca que los mexicanos reencontremos la esperanza de paz y de amor en el respeto de la vida humana en todas sus etapas y en cualquier circunstancia.

Participa en la campaña a través del sitio web www.123xlavida.org, al que se recomienda acceder a través del celular y enviar sus fotografías con las que se formará el mapa de México con el mensaje “México ama la vida”, con el también se pretende construir el mosaico de fotografías de personas más grande del mundo, y así, entre todos, recuperar la esperanza en favor de la construcción de una sociedad más solidaria, donde todos nos respetemos, donde nos acojamos en vez de dañarnos o quitarnos la vida. “En México queremos recuperar el aprecio por la vida humana. Queremos recordar que cada vida vale, siempre.”

Hay que asumir con mayor determinación compromisos para cambiar de rumbo, de un México violento a uno de paz y solidaridad, e incentivar el amor entre las personas. Para que los valores como la amistad, dignidad, cooperación, justicia, equidad, confianza, tolerancia, sean los que vayan conformando la vida personal, familiar y comunitaria.