A todos los Fieles Cristianos y personas de buena voluntad de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla
La Navidad que celebramos en estos días hermanos, es un tiempo importante y muy solemne para todos, con una serie de celebraciones demandadas por la tradición y el influjo de los medios de comunicación de masas, tan determinante en la comunidad y tan demandante de consumos.
Pero, el tiempo de Navidad es un tiempo favorable, tiempo de salvación, de paz y de reconciliación: Tiempo favorable para la Salvación por todos los signos que nos hablan de la cercanía de Dios hecho hombre, del misterio de la Encarnación. Es el Señor quien nos invita a descubrir y experimentar su presencia en las realidades cotidianas, como el trabajo, la familia o el dolor, el descanso y la recreación.
Esta Navidad es para nosotros, tiempo de Paz y Reconciliación, porque nos habla de la fraternidad universal de los amados por Dios y de lo valioso que es cada persona ante sus ojos, pues el Padre nos envía a su Hijo y éste comparte nuestra humanidad y nos hace sentir su cercanía.
La fiesta de Navidad debe hacernos sentir a cada persona como un don de Dios y motivarnos para apreciar, respetar y amar a cada ser humano con quien convivimos y amarnos a nosotros mismos, como Dios nos ama.
Esta Navidad y los buenos propósitos de Año Nuevo, nos dan la oportunidad de dejar atrás los juicios y descalificaciones, los resentimientos y las indiferencias con que se han endurecido nuestras relaciones para convertirnos de manera efectiva, en un don de Dios para cada prójimo con quien compartimos este camino de la vida, debemos ser su apoyo y su verdadero hermano.
El Padre, por su inmenso amor hacia nosotros, al que no hemos sido suficientemente fieles, nos envió a su Hijo único, para librarnos de la tiranía y del poder del pecado y de la muerte.
El Padre quiere invitarnos al gozo de la comunión con Él e introducirnos en lo más profundo de los misterios de su reino, reino de amor, de justicia y de paz. Nos invita a ser constructores de una nueva civilización, la civilización del amor en el siglo XXI.
El Hijo de Dios en su Encarnación, quiere manifestarnos la verdad, la verdad que nos hará libres y nos permitirá construir el mundo que anhelamos, un mundo donde podamos sentirnos seguros, donde tratemos a los demás y seamos tratados con dignidad.
Quiere enseñarnos la honestidad de costumbres y de actitudes, tan necesaria para una sana convivencia entre hermanos y para ser una Iglesia con rostro humano, que refleje el resplandor del rostro de Jesús.
Si en este tiempo nos deseamos ¡Felicidades! y de hecho, nos hacemos regalos, ¡que mejor regalo que las actitudes de fraternidad y el testimonio de nuestra fe y nuestra esperanza!, que ilumine nuestro mundo familiar y social, donde florezcan las virtudes y se cultiven los Valores humanos y cristianos.
El Señor quiere enriquecernos con los tesoros de su gracia y hacernos sus hijos adoptivos y herederos de la vida eterna. Decir Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, debe ser solo la expresión verbal de un verdadero sentimiento y de las actitudes que hagan de nuestro mundo, un mundo más humano como el rostro de Jesús, que el Padre por medio de María nos regala en estos días.
Con el cariño y la bendición de sus Obispos.
† Carlos Aguiar Retes Arzobispo de Tlalnepantla | † Francisco Ramírez Navarro Obispo Auxiliar de Tlalnepantla | † Ricardo Guízar Díaz Arzobispo Emérito Tlalnepantla |
† D. Efraín Mendoza Cruz Obispo Auxiliar de Tlalnepantla | † Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G Obispo de Ecatepec | † Onésimo Cepeda Silva Obispo Emérito de Ecatepec |
† Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco | † Héctor Luis Morales Sánchez Obispo de Nezahualcóyotl | † Guillermo Ortiz Mondragón Obispo de Cuautitlán |
† Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán | † Víctor René Rodríguez Gómez Obispo de Valle de Chalco |