Introducción
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Cfr. DA 12).
Nuestra Diócesis de Texcoco, a partir del año 2006 ha decidido caminar con un plan de pastoral, bajo la guía del Obispo y la colaboración de los sacerdotes y fieles laicos. Gracias a este Plan Pastoral nuestra Iglesia particular va respondiendo a los desafíos que el mundo nos presenta, se va consolidando cada vez más una pastoral orgánica tanto en el ámbito de estructuras como en los carismas y ministerios; por otra parte, se va estableciendo la espiritualidad de comunión.
Nuestro Plan de Pastoral es Renovación y Evangelización, por eso se insiste arduamente en ser discípulos misioneros a partir del encuentro personal con Cristo; es decir, hacer la experiencia de una conversión personal y pastoral de modo permanente.
El Plan Diocesano de Pastoral tiene un camino gradual y progresivo, hasta ahora hemos caminado en la primera Etapa: Kerigmática, y en la primera Fase: la Reconciliación. En este itinerario se han valorado las experiencias de fe del pueblo de Dios, también se admira el empeño y la entrega generosa que hacen los sacerdotes, la vida consagrada y agentes de pastoral, solo con la finalidad de extender el Reino de Dios.
La Diócesis de Texcoco para poder ver, iluminar, actuar, acompañar, evaluar, animar y celebrar los frutos, en este marco del Plan Diocesano de Pastoral, realiza Asambleas. Con gran alegría nos hemos preparado para celebrar la V Asamblea Diocesana de Pastoral, donde se presentarán los frutos experienciales de la Primera Fase y donde inauguraremos la Segunda Fase de la Primera Etapa del Plan: La Fraternidad.
En la Fase de la Fraternidad, haremos un recorrido desde los Sectores, Parroquias, Decanatos, Vicarías, buscando profundizar y vivir los lazos fraternos en Jesucristo, Nuestro Señor.
Recordemos que esto es un itinerario de vida, por lo tanto, la Primera Fase no la damos por terminada, sino que hay una continuidad permanente, que se entrelaza con la Segunda Fase. Tengamos en cuenta que el discipulado nunca termina, estos y otros aspectos de este camino son siempre inherentes a nuestra vida de fe.
Dejémonos conducir por nuestro Dios Trinitario, que nos dé siempre su gracia, fortaleza y la sabiduría necesaria para seguir haciendo su voluntad.
Que Nuestra Madre, la Virgen María, nos ayude con su intercesión para que seamos verdaderos hermanos en su Hijo, Jesucristo.
“En la Diócesis de Texcoco,
nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas
para ser Casa y Escuela de comunión”.
Pbro. Elmer Jacob Deleón Magdaleno
Vicario Episcopal de Pastoral