La Dimensión Episcopal de Familia envía su mensaje a todas las Madres de México, hombres y mujeres de buena voluntad.
En este día tan especial en que celebramos a todas las mujeres a las que Dios ha concedido el don de ser madres, queremos reconocer a todas y a cada una, como personas muy valiosas, ya que nos han abierto su vientre y su corazón. Reconocemos, también, que han luchado por destacar en los distintos ámbitos de nuestra sociedad, como en el campo laboral, en la educación, en la administración pública, en la iglesia, en el hogar, etc.
Hoy nos sentimos profundamente agradecidos con el Padre celestial, porque gran parte de lo que somos en la vida se lo debemos a nuestra madre, sin olvidar el papel tan importante e insustituible que tiene el padre. Gracias mamás por su vida entregada, por participar en la obra creadora de Dios, por transformar nuestro corazón, inteligencia, voluntad y por ayudarnos a enfrentar la vida con valor y esperanza, gracias por enseñarnos a conocer a la madre del Resucitado la Virgen María y de la mano de ella, a Jesús el Salvador, Él que ha vencido la muerte y el pecado, y nos da la vida eterna. También nuestro reconocimiento y gratitud a toda aquellas que han muerto en Cristo y duermen ya el sueño de la paz.
Con motivo de esta gran celebración en nuestra Patria, en este ambiente festivo que es la Pascua, queremos invitarles a ser en su familia el motor que renueve y dinamice la fe en Cristo, el único Salvador, el mismo ayer, hoy y siempre. No olvidemos las palabras del Papa Francisco: “Las mujeres son los primeros testigos. Esto dice que Dios no elige según los criterios humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gente sencilla y humilde; las primeras testigos de la Resurrección son las mujeres. Y esto es bello. Y esto es en cierto sentido la misión de las mujeres; de las madres. Dar testimonio a los hijos, a los nietos, de que Jesús está vivo, es el viviente, ha resucitado. Madres y mujeres, ¡adelante con este testimonio!” (Audiencia general del 03 de abril de 2013).
Así con el Papa Francisco queremos alentarlas a seguir entregando su vida a Cristo, en la formación de su familia, en valores humanos y cristianos, que tanto necesita nuestro México y también les decimos ¡adelante con este testimonio!
Deseamos para ustedes queridas mamás, que el Señor les bendiga, guarde, proteja, acompañe eb su caminar y que llene sus corazones de paz, de alegría y de cariño. Que nuestra Santísima Madre de Guadalupe, sea siempre su modelo y encuentren en ella amparo, ternura y consuelo.
¡Feliz día de las Madres! ¡Que Dios las llene de amor y bendición!
+ Francisco Javier Chavolla Ramos
Obispo de Toluca
Y Responsable de la Dimensión Episcopal de Familia