LECTIO DIVINA

29 de enero de 2023

“En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión”

Las Bienaventuranzas: Dios piensa de un modo diverso de nosotros

Mateo 5,1-12

1. Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.

Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.

Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

2. Lectura

 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados serán cuando los injurien y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.

a) Clave de lectura para las ocho bienaventuranzas: En este domingo, la Iglesia nos invita a meditar las ocho Bienaventuranzas. Una vez viendo la gran muchedumbre que lo seguía, Jesús subió a una montaña cerca del lago de Galilea. Sentado en la cima, mirando a la gente, hizo esta solemne proclamación: “¡Bienaventurados los pobres de espíritu, los afligidos, los humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, los que luchan por la paz, los que se preocupan por los pobres, los puros de corazón, los perseguidos a causa de la justicia!”. ¡Palabras de fuego, que, hasta hoy, resuenan en el mundo! A lo largo de dos milenios, han golpeado a millones de personas. Y nos han hecho pensar y preguntarnos: “¿Qué cosa es la felicidad? ¿Quién es verdaderamente feliz? Un consejo: Después de la lectura de las ocho bienaventuranzas, es bueno no comenzar de pronto a estudiar y analizar las palabras de Jesús. En primer lugar, es mejor hacer silencio en el propio corazón por un momento y pensar que estamos en medio de la gente reunida en la ladera de la montaña, cerca del lago, que mira a Jesús y escucha sus palabras. Las ocho puertas de entrada al Reino, “Las bienaventuranzas”, constituyen la solemne apertura del Sermón de la Montaña. En ellas, Jesús define quién puede entrar en el Reino. Son ocho categorías de personas. Ocho puertas de entrada. ¡No hay otra puerta para entrar en el Reino, en la Comunidad! Los que desean formar parte del Reino deberán identificarse con una de estas categorías o grupos.

b) Una división del texto para ayudar en la lectura: Mt 5,1: El solemne anuncio de la Nueva Ley, Mt 5,2-10: Las ocho puertas que permiten entrar en el Reino de Dios, Mt 5,11-12: Jesús declara felices a los perseguidos.

3. Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración.

¿Qué parte del texto te ha llamado más la atención? ¿Por qué? 

¿Dónde, cuándo y por qué pronuncia Jesús este discurso?

¿Cuáles son los grupos de personas a los que Jesús declara felices? ¿Cuál es la promesa para cada grupo?

¿Existen hoy estos grupos de los que habla Jesús?

¿Cómo entender que una persona pueda ser pobre y feliz al mismo tiempo?

Trata de recordar dos momentos en los que te has sentido feliz en tu vida. Tu visión de la felicidad, ¿es la misma que la de Jesús?

¿Qué clase de felicidad busca hoy la gente?

4. Oración: Salmo 117

 Dios merece alabanza ¡Aleluya!

¡Alabad a Yahvé, todas las naciones!,

¡ensalzadlo, pueblos todos!

Pues sólido es su amor hacia nosotros,

la lealtad de Yahvé dura para siempre.

5. Oración final

 Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros, como María, tu Madre, podamos no solo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.