XI Domingo del Tiempo Ordinario

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LECTIO DIVINA

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

25 de junio de 2017

 ¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Jesús, Tú que nos envías al Espíritu Santo para santificarnos y enseñarnos la verdad te pedimos que nos envíes tú mismo Espíritu que es luz y vida para que nos ilumine por medio de tu Palabra, y nos ayude a ser transmisores de amor y paz en nuestras comunidades. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Mt 10, 26-33)

¿Qué dice el texto?

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.

No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo. ¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.

A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”. Palabra del Señor.

Pistas de reflexión

Contexto bíblico

Ésta es la tercera parte del Discurso Misionario de Mateo (10, 5-42). En estos versículos, san Mateo reúne varios dichos relacionados con la obra de ser discípulo en momentos de conflicto.

Estos versículos tienen sus raíces en la historia de Israel, famosa por la persecución de profetas (Jer 26, 20-23; 2 Cron. 24, 20-22; Lc 11, 47-51; Hech 7, 52; Heb 11, 32-38). El punto es que, si los profetas sufrieron persecución y Jesús sufrió crucifixión, los discípulos de Jesús pueden esperar ser tratados de manera parecida.

Texto bíblico

A) Pregonen desde las azoteas

“No teman a los hombres” (v. 26). Es natural sentir temor cuando uno se encuentra perseguido, pero Jesús nos da tres razones por no temer (vv. 26, 28, 31):

La primera razón por no temer es que, “No hay nada oculto, que no llegue a descubrirse” (v. 26). A gente malvada le gusta la oscuridad, porque la oscuridad esconde sus malas obras (Jn 3, 19). Conspiran en secreto para desviar lo bueno. Pero el Señor “aclarará lo oculto de las tinieblas” (1 Cor. 4, 5), y recompensará a los leales. Dios no permitirá que gane la maldad.

“Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día; y lo que les digo al oído pregónenlo desde las azoteas” (v. 27). Jesús llama a los discípulos para que proclamen abierta y públicamente lo que él les ha enseñado en privado. Azoteas sirven de plataformas para hacer anuncios públicos desde un lugar alto, una persona puede ser vista y oída por todos. Jesús pide que gritemos sus enseñanzas desde un sitio elevado, las enseñanzas completas de Jesús, y nada más que sus enseñanzas. No debemos andar en puntillas, temiendo ser perseguidos.

Oradores son tentados a enfocar sus discursos alrededor de textos concretos. Temor hace que oradores escojan sus textos en vez de dejar que los textos les escojan a ellos; es decir, el temor es lo que les hace hablar de forma temática en vez de hablar de una manera exponente.

Pero Jesús dice, “No los teman.” ¡Prediquen la verdad audazmente, y con amor!

B) No teman a los que matan el cuerpo

“No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma” (v. 28). La segunda razón por no temer es el poder limitado de nuestros oponentes. Pueden matar el cuerpo, que pronto morirá de todos modos, pero no tienen poder sobre el alma. Solo Dios tiene poder sobre la eternidad.

Las escrituras nunca sugieren que debemos temer a Satanás. Satanás tiene el poder de lastimarnos el tobillo (una herida dolorosa), pero Cristo ha lastimado la cabeza de Satanás (una herida fatal – véase Génesis 3,15). Satanás, desde su agonía, puede tirar a dar de manera peligrosa, pero el peligro que presenta es limitado y temporal.

“Teman más bien, a quien puede arrojar al lugar del castigo el alma y el cuerpo” (v. 28). La escritura a menudo habla de temer al Señor (Salmo 2, 11; 15, 4; 19, 9; 22, 23; 25, 12; etcétera). Preferimos pensar del amor de Dios en vez de su sentencia. Por eso hemos perdido nuestro asombro en presencia de Dios. Es apropiado, sin embargo, temer al Señor, porque Dios tiene autoridad sobre cuerpo y alma por toda la eternidad. Dios tendrá toda eternidad para arreglar los males que gente inflige. Por lo tanto, el temor a Dios… sobrepasa el temor que puedan causar las cortes humanas y libera al discípulo para que sea un testigo valiente.

 C) Valen mucho más que los pájaros del mundo

“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto?” (Gr. Ἀσσαρίου, assariou) (v. 29). La tercera razón por no temer es el amor compasivo de Dios. A Dios le importan hasta los pequeños gorriones, pájaros que, en este versículo, se convierten en un símbolo de valor inconsecuente. 

Por muchos años pensaba que el significado de este versículo era que, en la época de Jesús, un gorrión casi no valía nada, en parte porque un centavo estadounidense casi no vale nada. Se refuerza la idea que el gorrión no vale nada anotando que, en Lucas 12, 6, Jesús habla de cinco gorriones vendidos por dos centavos mientras que Mateo habla de dos gorriones vendidos por un centavo. Se concluye que el quinto gorrión, metido en el trato sin costo de más, sugiere el poco valor que un gorrión realmente tenía.

Un assariou, sin embargo, es una moneda de cobre que vale 1/16 de un denarius, y un denarius es la paga diaria para un labrador (Mt 20, 2). Por lo tanto, un assariou es el equivalente de la cantidad requerida para mantener una familia con lo mínimo diario (comida, ropa, y alojamiento). Eso no es mucho dinero, pero tampoco es una cantidad trivial. “Pues hasta los cabellos de su cabeza están todos contados” (v. 30). El Dios que se preocupa por un pequeño pajarito también se preocupa por las cosas pequeñas de nuestras vidas, hasta de nuestro cabello. Nos recuerda a una nueva madre cuyo bebé es tan precioso que todo relacionado con el bebé le parece maravilloso, cada dedo y dedo del pie parece un milagro separado. Dios nos ama con ese tipo de detalle.

D) A quien me reconozca delante de los hombres

Estos versículos contienen promesa y aviso al mismo tiempo. Jesús promete lealtad a aquéllos que le son fieles a él. Si reconocemos a Jesús ante los demás, Jesús nos reconocerá ante el Padre en el cielo. Sin embargo, si negamos a Jesús ante los demás, él nos negará a nosotros ante el Padre. La imagen que nos presenta es la de una sala de corte en la que Jesús sirve (o se niega a servir) como nuestro defensor. Si Jesús es nuestro defensor, no podemos perder. Si Jesús se niega a tomar nuestro caso, no podemos ganar. Entonces, nuestras acciones en esta vida tienen consecuencias eternas porque Jesús las considera cuando llega el momento de decidir si nos va a defender, o no.

“A quien me confesare (reconozca) (Gr. ὁμολογήσει, homologesei) delante de los hombres” (v. 32). Homologesei  significa confesar o confiar en, por ejemplo, al declarar su alianza a Cristo. En el contexto de persecución (recuerde vv. 17-25), tal reconocimiento significa permanecer leal a Jesús y hasta morir defendiéndole. Este tipo de compromiso no se finge fácilmente.

Reconocemos a Jesús por acciones tanto como por palabras. La persona que venera a Cristo cada domingo, cantando himnos con gusto y recitando credos de memoria, está reconociendo a Jesús públicamente. Sin embargo, si el lunes esa misma persona actúa de manera egoísta o deshonesta, compromete la lealtad que demostró el domingo. Las palabras de nuestras bocas y las obras de nuestras manos deben ser consistentes si nuestro testimonio ha de ser efectivo. Responderle al Señor con valentía y heroísmo, para lograr lo que él nos promete.

Preguntas para la lectura:

  • ¿Qué le dijo Jesús a sus apóstoles?
  • ¿Qué les dijo de lo que les dice?
  • ¿A que previene Jesús a sus discípulos?
  • ¿Qué les dice acerca de los pajarillos?
  • ¿Qué les dijo a sus discípulos cuando lo reconozcan ante los hombres? 
  1. MEDITACIÓN (Qué me dice la Palabra de Dios)
  • ¿Soy consuelos para mis hermanos?
  • ¿En los momentos de angustia pongo las cosas en las manos del Señor?
  • ¿Soy una persona positiva ante las críticas de mis compañeros de grupo en la parroquia?
  • ¿Soy fiel al Señor, cuando me siento solo y desamparado?
  • ¿Me creo algunas veces autosuficiente?
  1. ORACIÓN: ¿Qué le respondo al Señor? ¿Qué le decimos?

Señor, gracias por llamarme por darnos la fortaleza y la capacidad para seguir caminando en esta misión en la cual nos has llamado. Por darnos esa capacidad de llevar tu Palabra a los hermanos, y darnos la fortaleza de seguir luchando en el caminar de nuestra Iglesia. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.

Te pedimos perdón por no ser unos buenos discípulos, por no buscar a las personas necesitadas, buscando siempre nuestro propio beneficio personal, por no ser coherentes con lo que decimos y hacemos, y por todas las ocasiones por las ofensas que te hemos hecho. Por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.

  1. CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
  • A Jesús aconsejando a sus apóstoles.
  • A los discípulos escuchando los consejos del Maestro.
  • A nosotros capaces de vencer el temor a través de los consejos del Señor.
  • Al Maestro enseñándonos el camino de la fidelidad.
  • A los miembros de mis pequeñas comunidades, dando a conocer el mensaje de salvación.
  1. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de junio es:

Universal: Eliminar el comercio de armas.

“Por los responsables de las naciones, para que se comprometan con decisión a poner fin al comercio de las armas, que causa tantas vidas inocentes”.

Intención personal: Tener siempre el buen ánimo y fortaleza para seguir caminando como el Señor me pido y sin Él nada podré hacer.

Intención comunitaria: Alentar a los miembros de mi comunidad, exhortándolos a no perder la fe, que siempre ante las adversidades el Señor nos acompañará.