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LECTIO DIVINA
COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA
22 de noviembre de 2015
SOLEMNIDAD DE CRISTO REY
¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Jesús Rey del Universo que nos invitas a escuchar tu Palabra, te pedimos que nos envíes tu Santo Espíritu para que nos ayude a entender las verdades de tu Reino aquí en la tierra y nos de la capacidad de llevar a nuestros hermanos hacia a Ti, dando un testimonio claro con nuestras vidas, que Tú estás siempre presente en nuestro mundo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1.LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Jn, 18, 33-37)
¿Qué dice el texto?
En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?» Pilato le respondió: «¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?» Jesús le contestó: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí».
Pilato le dijo: «¿Conque tú eres rey?» Jesús le contestó: «Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz». Palabra del Señor.
Pistas de reflexión
Contexto bíblico
Solo podemos comprender versículos 33-37 si los miramos en el contexto de capítulos 18-19 que incluyen lo siguiente. La traición y el arresto de Jesús (18:1-11). Simón Pedro corta la oreja del esclavo del alto sacerdote (v. 10). Jesús repara el daño y le dice a Pedro que guarde su espada. Esto es importante para nuestra lección del Evangelio, donde Jesús le dice a Pilatos, “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí».” (v. 36). Al ser arrestado, Jesús demostró que no pretendía causar ningún daño a Roma (la primera preocupación de Pilatos). Jesús ante el sumo sacerdote (18:12-14, 19-24). Pedro niega a Jesús (18:15-18, 25-27). Jesús ante el sanedrín (Mt 26:57-68; Mc 14:53-65; Lc 22:66-71). En los sinópticos se encuentran relatos detallados del juicio de Jesús ante el Sanedrín, pero este Evangelio solo menciona brevemente la presencia de Jesús ante Anás y Caifás (18:12-14) y no menciona el Sanedrín.
Por ultimo Jesús ante Pilatos (18:28-32) Los judíos “no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la pascua” (v. 28), más ironía joanina. Están empeñados en matar a un hombre inocente, pero al mismo tiempo, son fastidiosos en cuanto a contaminación ritual. Cuando Pilatos pregunta sobre la naturaleza de la acusación contra Jesús, ellos no especifican ningún cargo, sino que solo contestan “Si éste no fuera malhechor, no te le habríamos entregado” (v. 30). Bajo tales circunstancias, Pilatos debe liberar a Jesús. Cuando sugiere que los líderes judíos le juzguen bajo sus leyes, ellos responden, “A nosotros no es lícito matar á nadie” (v. 31). Al hacer esto, dejan claro que proponen la muerte de Jesús y esperan que Pilatos lo haga por ellos.
“Jesús nazareno rey de los judíos” (19:15, 19)
El énfasis en Cristo Rey continúa en capítulo 19. Pilatos ha intentado convencer a la multitud de permitirle soltar a Jesús (18:38b-40), y ha castigado a Jesús con latigazos, esperando que esto satisfaga a la multitud (19:1-7). La multitud, sin embargo, frustra las intenciones de Pilatos en cada ocasión, exigiendo la crucifixión de Jesús (19:6, 15) e impugnando la lealtad de Pilatos hacia el emperador (19:12).
Pilatos les reprocha, diciendo “He aquí vuestro Rey” (19:14) y preguntando, “¿A vuestro Rey he de crucificar?” (19:15). Entonces la multitud, que exigía la muerte de Jesús “porque se hizo Hijo de Dios” (19:7), responde de la manera más asombrosa. “No tenemos rey sino a César,” dicen (19:15). Es decir, criticaron a Jesús por ponerse en el lugar de Dios pero, ahora, ellos mismos ponen al emperador en el sitio de Dios. Pilatos, por su necesidad de demostrar lealtad al emperador, finalmente se rinde y entrega a Jesús para ser crucificado (19:16).
Pero Pilatos tiene la última palabra. Hace colgar de la cruz una inscripción en tres lenguas que dice, “Jesús nazareno, Rey de los judíos” (19:19-20). Los pontífices protestan, pidiéndole a Pilatos que cambie la inscripción para que diga, “él dijo: Rey soy de los Judíos.” Pilatos responde, “Lo está escrito, escrito está” (vv. 21-22). Antes, Pilatos preguntó, “¿Qué cosa es verdad?” (18:38). Ahora, con ironía joanina, Pilatos escribe la verdad en la cruz para que todos la vean.
Texto bíblico
A) ¿Eres tú el rey de los judíos?
“Así que, Pilatos volvió a entrar en el pretorio” (v. 33a). Después de que los pontífices cuestionaran a Jesús (18:19-24), llevaron a Jesús a Pilatos. Los hombres judíos que llevaron a Jesús a Pilatos “no entraron en el pretorio por no ser contaminados, sino que comiesen la pascua. Entonces salió Pilatos a ellos fuera, y dijo: ¿Qué acusación traen contra este hombre?” (18:28-29). Ahora, Pilatos vuelve a entrar en el pretorio y manda que le traigan a Jesús para cuestionarlo.
“¿Eres tú el Rey de los judíos?” (v. 33b). Pilatos solo tiene una preocupación legítima, y es si Jesús constituye una amenaza para Roma. Si Jesús adopta el papel de rey, eso es una traición que lleva pena de muerte. Sin embargo, Pilatos está incrédulo. ¿Este hombre un rey?
La ironía es que Jesús sí es un rey, pero uno que no constituye ninguna amenaza para Roma. Lectores de este Evangelio, ya enterados del resto de la historia, saben esto. Queremos interrumpir y decir, ¡Sí, es un rey, pero no como lo retratan los líderes judíos!
“¿Dices tú esto de ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?” (v. 34). Antes de que Jesús pueda contestar a Pilatos, quiere entender el significado de su pregunta. ¿Pregunta Pilatos si Jesús pretende luchar con Roma por el poder de Judea, o está simplemente actuando como portavoz de los pontífices?”
La pregunta de Jesús demuestra que él comprende la política oculta, que otros definitivamente han hablado con Pilatos de él, y que le han contratado para llevar a cabo sus negocios sucios, que Pilatos, presumiblemente el hombre más poderoso de Judea, se ha permitido a si mismo convertirse en peón de sus intereses. La pregunta de Jesús también reversa sus papeles, Jesús ahora se convierte en el interrogador.
“Pilatos respondió: ¿Soy yo Judío?” (v. 35a). Pilatos respeta poco al pueblo judío, por eso su pregunta tiene un tono de desprecio. Mientras que Pilatos hace su pregunta esperando una respuesta negativa, el juicio demostrará que Pilatos es, con certeza, ‘judío,’ que pertenece con aquéllos que rechazan a Jesús.
“Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. (gr. Παρέδωκάν, paredokan, de παραδίδωμι, paradidomi) a mí: ¿qué has hecho?” (v. 35b). Pilatos confirma que otros han iniciado esta acción. Ningún cargo se ha presentado contra él. Los judíos solo se han quejado, diciendo que Jesús es malo (Gr. κακὸν, kaxon, traducido “criminal” en la v. 30). Pilatos no sabe por qué los pontífices quieren matarlo, pero sí comprende que hay más de lo que parece. Quiere comprender el complot escondido, por eso le pide a Jesús que explique lo que pasa.
En este Evangelio la palabra griega paradidomi se usa frecuentemente para hablar de Jesús siendo traicionado (6:64, 71; 12:4; 13:2; 11, 21; 18:2, 5; 21:20) o entregado a sus enemigos (18:30, 36) o entregado para ser crucificado (19:16).
B) Mi reino no es de este mundo
“Mi reino (βασιλεία,basileia) no es de este mundo” (κόσμου, kosmou) (v. 36a). Jesús confirma que es un rey, pero también le asegura a Pilatos que Roma no tiene ningún motivo para temerle. El reino de Jesús (basileia utilizado en 3:3, 5 para el reino de Dios) no es de este mundo (κόσμος, kosmos). Mientras que Dios creó el kosmos, está encerrado en continua rebelión contra su creador (1:10, 11). Es la esfera de oscuridad, rebelión, ceguera, y pecado. Jesús no busca un reino del kosmos, sino un reino de Dios. Cita la falta de resistencia por parte de sus seguidores como prueba de que no busca un reino del kosmos. Pero esto no significa que el reino de Jesús es totalmente de otro mundo. Su origen no es de este mundo, pero se manifiesta en este mundo donde sea que gente escuche su voz, como versículo 37 deja claro.
“Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos” (v. 36b). Jesús podría haber instigado una revolución. Su grupo de discípulos es pequeño, pero hay mucha gente atraída a Él. Gente que está descontenta con la ocupación romana, que espera un líder que los organice. Pilatos tiene tres mil soldados bajo su mando, pero pocos de ellos se encuentran en Jerusalén es ese momento. Si Jesús hubiera querido causar problemas, lo hubiera hecho.
“Pero, mi reino no es de aquí” (v. 36c). El reino de Jesús no tiene sus orígenes en el kosmos, sino en Dios. Su reino no deriva su autoridad del kosmos, sino de Dios. ¡Jesús no es rey de un kosmos! Como Jesús, la Iglesia hoy de tiene mucha autoridad moral pero poca autoridad del kosmos. La iglesia siempre está tentada a buscar la autoridad del kosmos a aliarse a sí misma con el poder del kosmos. Cuando hace eso, generalmente ha perdido autoridad moral, encuentra imposible mantener ambos la autoridad moral y la autoridad del kosmos simultáneamente. Igual que el poder de Jesús se encontraba en la cruz, el más efectivo testigo de la Iglesia se encuentra en servicio y sacrificio para los necesitados, no en amistades políticas, producciones espectaculares, o gran arquitectura.
“¿Con que tú eres rey?” (v. 37). Al oír la palabra “reino,” Pilatos se pone en alerta. Aunque Jesús diga que su reino no es de este mundo, a Pilatos le preocupa que el reino de Jesús vaya acompañado de alguna manera de implicaciones políticas. La pregunta de Pilatos demuestra la posibilidad de que Jesús sea una amenaza política, y Pilatos le invita a asegurarle una vez más de que no lo es.
Jesús contesta, “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” (v. 37a). En el Evangelio de Juan, Jesús tiene mucho más que decirle a Pilatos que en los sinópticos, donde solo contesta, “Tú lo dices” (Mt 27:11-14; Mc 15:2-5; Lc 23:2-5). En versículo 37 Jesús dice, “Tú dices que yo soy rey,” (una declaración muy parecida a su respuesta en los sinópticos) pero después continúa, explicando el significado de su reino.
Preguntas para la lectura:
- ¿Qué le preguntó Pilato a Jesús?
- ¿Qué le contestó Jesús a Pilato?
- ¿Qué le volvió a contestar Jesús a Pilato?
- ¿Qué le dijo Jesús a Pilato de su reino?
- ¿Pilato le preguntó a Jesús si es rey, Él qué contestó?
- ¿De qué es testigo Jesús?
2. MEDITACIÓN: (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
- ¿Reconozco a Jesús como mi Rey y artífice de mi vida?
- ¿Soy capaz de dar testimonio con mi vida, que Jesús es mi salvador?
- ¿Condeno a mis hermanos, sin saber, el porqué de su conducta?
- ¿Seré testigo de la verdad, en mi comunidad?
- ¿Veo el Reino de Dios como algo material en mi entorno?
3. ORACIÓN: (Qué le respondo al Señor, que le respondemos al Señor)
Gracias Jesús Rey del Universo, porque nos permites terminar un Año Litúrgico, y por las bendiciones y regalos que nos hiciste en este tiempo de gracia, por las veces que nos iluminaste para ser generosos con nuestros hermanos y por el amor que nos regalas con nuestras familias. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.
Perdón Señor Jesús, por no mirar las necesidades de las personas que nos rodean y por no ser capaces de darle la mano al hermano más necesitado, y cuando no fuimos capaces de ser generosos con nuestro tiempo hacia a nuestros hijos, familiares y amigos, y por no saber valorarlos. Por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.
4. CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
- A Pilato cuestionando a Jesús.
- A Jesús contestando con mucha certeza y seguridad.
- A ti contemplando a Jesús como tu Rey y Señor.
- A las autoridades acusando a Jesús sin razón.
5. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?
La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de noviembre es:
Universal: Diálogo
“Para que nos abramos al encuentro personal y al diálogo con todos, también con quienes piensan distinto de nosotros”.
Reconocer a Jesús como el rey de mi vida, de mis pensamientos y de mis obras, dando un claro testimonio del Él con fi familia y comunidad.
Por la evangelización: Los pastores de la Iglesia
“Para que los pastores de la Iglesia, con profundo amor por su rebaño, acompañen su camino y animen su esperanza”.
Buscar que los miembros de mi pequeña comunidad busquen a Jesús como el Rey de sus vidas, que esto los lleve a actuar de una manera coherente, buscando siempre el bien de los hermanos.