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LECTIO DIVINA
COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA

18 de agosto de 2013. Domingo XX Ordinario.

¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Oh Espíritu Santo dador de vida, te pedimos que nos envíes tu luz y tu verdad. Ya que eres el fuego que arde, haz que en cada uno de nuestros corazones arda el fuego de tu amor, y así con tu Palabra podamos ser antorcha que ilumine a todos los integrantes de nuestros grupos apostólicos, principalmente los de nuestra Diócesis de Texcoco, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Lc 12, 49-53)  

¿Qué dice el texto?

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!

¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra». Palabra del Señor.

Pistas de reflexión

Contexto bíblico

La escena bíblica nos presenta a Jesús hablando a sus discípulos. Lo que Jesús dice nos resulta un poco enigmático porque no están claros ni el contexto ni la ocasión en la cual estos dichos fueron expresados por primera vez. Tampoco está claro el significado de estos dichos en el contexto del Evangelio de san Lucas. A pesar de estas dificultades, voy a aventurar una interpretación: El ministerio de Jesús resulta en el reto de valores tradicionales. El resultado de ese reto a los valores tradicionales es conflicto, tanto para Jesús mismo, como para los discípulos que lo siguen.

La primera afirmación del pasaje bíblico (Lucas 12, 49-53) comienza con la palabra “fuego”: “He venido a traer fuego a la tierra.” El énfasis en el fuego es un tema repetido varias veces en la obra de san Lucas. Ya en Lc 3, 16-17, Juan el Bautista anunciaba que Jesús bautizaría a los creyentes en “Espíritu Santo y fuego.” Esto daba a entender que el ministerio y mensaje de Jesús incluiría un tipo de juicio sobre las estructuras y estilos de vida dominantes en su tiempo. También según el mismo texto de san Lucas 3, el ministerio de Jesús separaría la paja del trigo y la paja sería quemada. Este anuncio de Juan se cumple en forma plena en el día de Pentecostés cuando los discípulos y las demás personas reunidas con ellos en el aposento alto quedan llenos del Espíritu Santo y “se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, posándose sobre cada uno de ellos” (Hechos 2, 3).

Texto bíblico

A. He venido a traer fuego en la tierra (v. 49)

Jesús exige al discípulo una determinación sincera, tajante y total. Jesús no quiere medianías. Ante Él hay que decidirse. El proyecto de Dios es lo más importante para el discípulo del Evangelio.

El mensaje de Jesús causa, a veces, conflicto: con uno mismo (sus tendencias, ilusiones, planes), y con la familia. No es que Jesús pretenda sembrar la división en los vínculos familiares. Sino que quiere resaltar que lo primero es el Reino de Dios, el proyecto de salvación, su propuesta y entrega total. Jesús busca la radicalidad. El único Absoluto es Dios. La imagen bíblica del fuego no habla de destrucción. Sino que es la fuerza de vida. La que viene a traer el Mesías.

El mismo Jesús ha de pasar por esa prueba terrible. Y sufre la angustia hasta que llegue el momento de la destrucción en su cuerpo, para que la vida florezca.

B. He venido a traer… división (v. 51)

Esta afirmación de Jesús no contradice en nada el mandamiento del amor, que Él mismo lo propone como el único. En nada se contrapone con la paz a los hombres, que prometen los ángeles en el nacimiento de Jesús (Lc 2, 14).

Jesús viene a establecer entre sus seguidores y entre los hombres la verdadera paz, a pesar de las envidias, codicias, guerras que se dan entre unos y otros.  La división que indica Jesús es consecuencia de la opción radical por seguirle a Él. A pesar de que muchas veces la vocación de ser cristiano no es comprendida ni siquiera por los propios familiares, sin embargo, Jesús sigue llamando a la entrega total, hasta el martirio cruento muchas veces, de sus verdaderos discípulos.

Anunciar y vivir el estilo de vida de Jesús provoca en esta sociedad consumista rechazo, descrédito, conflicto y división. Es una constante en la historia de la Iglesia.

Preguntas para la lectura:

¿Qué le dijo Jesús a sus discípulos?
¿Qué tiene que recibir?
¿Y qué le pasa mientras llega?
¿Qué dice que no ha venido a traer?
¿Quiénes estarán divididos?

2. MEDITACIÓN:

¿Qué me dice el texto?

La Palabra de Jesús provoca división. Y esto sucede en el interior de la Iglesia, entre aquellos que se afirman como cristianos comprometidos. El modo de interpretar y llevar a la práctica la Palabra de Dios origina en la Iglesia diversas tendencias, movimientos y comunidades.

Se dan dentro de la Iglesia grupos extremistas, unos más cercanos a vivir la fe desde una falsa que les hace evadir  esfuerzo social a favor de los marginados y otros que entienden la práctica del Evangelio como una lucha permanente por el cambio social y no espiritual. Es difícil optar y mantenerse en un equilibrio nacido de una fe profunda y una práctica pastoral que vaya creando la coherencia entre fe y vida, oración y acción, compromiso por el Reino y comprometerse en ayudar al necesitado.

3. ORACIÓN:

¿Qué le digo al Señor? ¿Qué le decimos?

Señor, te pedimos perdón por las veces que hemos sido obstáculos de unidad en nuestros grupos, principalmente cuando no damos un buen testimonio y coherencia de nuestras vidas, y por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.

Señor te damos gracias por todas las gracias que nos envías, salud, trabajo, unidad de nuestras familias y lo más importante el don de la vida, por eso te damos gracias Señor. Gracias Señor, gracias Señor.

4. CONTEMPLACIÓN:

•    A Jesús que carga la cruz, sufre y muere por nuestro bien, para darnos la vida.
•    A mí mismo, que, con tantas debilidades, deseo vivamente ser discípulo de Jesús.

5. ACCIÓN:

Propuesta personal
La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de agosto es: “Para qué los padres y educadores ayuden a las nuevas generaciones a crecer con una conciencia recta y una vida coherente”.
A ser mejor cristiano que sea coherente con lo que pienso y en mi actuar cotidiano.

Propuesta comunitaria
Misionera: Que las Iglesias locales en África, fieles al Evangelio, promuevan la construcción de la paz y la justicia.
Buscar la unidad en mis grupos apostólicos, principalmente los que muchas veces se sienten desanimados.