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LECTIO DIVINA

Para el miércoles del 17 de octubre de 2017

¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨

 

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo, envíanos el don de la sabiduría para poder comprender tu Palabra y nos ayude a discernir que Tú siempre estás presente en nuestras vidas, nos conduces para un mejor acercamiento al amor de nuestros hermanos. Te pedimos que nos envíes tus sagrados dones, para que nos ayuden a ser más coherentes en nuestras vidas. Todo esto te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

  1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Lc 11, 37-41)

¿Qué dice el texto?

En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.

Pero el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”. Palabra del Señor.

 

Pistas de reflexión 

Contexto bíblico

El contexto es el de una comida compartida en casa de un fariseo (11, 37). No es la primera vez que esto sucede (Lc 7, 36-50; 14,1-6) ni mucho menos que en medio de ella se de una confrontación (Lc 7, 39-43). La mesa, que es el lugar de la comunión, puede ser también el lugar de las rupturas (como en la última cena, 22, 14-38). Donde se teje la relación con los amigos también algunas veces surgen adversarios.

¿Cómo comienza la discusión? Comienza con la observación de que “Jesús había omitido las abluciones antes de comer” (11, 38). Mientras que en otros pasajes (Mt 15, 2), son los discípulos quienes son criticados por este comportamiento, en este caso es el comportamiento del mismo Jesús el que llama la atención. 

Texto bíblico

En el Evangelio de hoy sigue la relación tensa entre Jesús y las autoridades religiosas de aquel tiempo. A pesar de la relación tensa, había algo familiar entre Jesús y los fariseos. Convidado a comer en casa de ellos, Jesús acepta la invitación. Jesús no pierde ante ellos la libertad, ni los fariseos ante Jesús.

En Lc 11, 37-38: Admiración del fariseo ante la libertad de Jesús. “Cuando terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entró, pues, y se sentó a la mesa”. Jesús acepta la invitación de comer en casa del fariseo, pero no cambia su manera de actuar, pues se sienta sin antes lavarse las manos. Ni el fariseo cambia de actitud ante Jesús, pues expresa su admiración por el hecho que Jesús no se lava las manos. Pero el fariseo tiene una actitud crítica ante esa realidad para el grande e irreverente. Ὁ δὲ Φαρισαῖος ἰδὼν ἐθαύμασεν.

En aquel tiempo, lavarse las manos antes de las comidas era una obligación religiosa, impuesta a la gente en nombre de la pureza. Exigida por la ley de Dios. Había 613 normas o leyes impuestas para la gente en nombre de Dios. El fariseo se extrañó viendo que Jesús no observaba esta norma religiosa. Y, a pesar de ser totalmente diferentes, el fariseo y Jesús tenían algo en común: la seriedad de vida.

La forma de vivir de los fariseos era así: cada día dedicaban ocho horas al estudio y a la meditación de la ley de Dios, otras ochos horas al trabajo para poder dar de comer a la familia, y dedicaban otras ocho horas al descanso. Este testimonio serio de su vida les daba un gran sentido de liderazgo popular. Quizá era por esto que, a pesar de ser totalmente diferentes, los dos, Jesús y los fariseos, se entendían y se criticaban mutuamente, sin perder la posibilidad de diálogo. Nosotros nos criticamos pero no dialogamos.

La respuesta de Jesús. “¡Bien Ustedes (Νῦν ὑμεῖς οἱ Φαρισαῖοι), los fariseos, purifican (καθαρίζετε) por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y maldad!” (τὸ δὲ ἔσωθεν ὑμῶν γέμει ἁρπαγῆς καὶ πονηρίας) ¡Insensatos! (ἄφρονες). El que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Den más bien en limosna (ἐλεημοσύνην) lo que tienen y entonces todo será puro para ustedes.

La palabra griega acabará por limitarse a este sentido preciso de “limosna”, en el NT y ya en los libros tardíos del AT: Dn, Tob, Eclo. Sin embargo, estos tres libros conocen todavía la eleemosyne de Dios para con el hombre, Dn 9, 16; Tob 3, 2, Eclo 16, 1; 17, 29, y para toda la Biblia la limosna, gesto de bondad del hombre para con su hermano, es ante todo una imitación de los gestos de Dios, que fue el primero en dar muestras de bondad para con el hombre.

Los fariseos observaban la ley al pie de la letra. Miraban sólo la letra y, por esto, eran incapaces de percibir el espíritu de la ley, el objetivo que la observancia de la ley quería alcanzar en la vida de las personas. Por ejemplo, en la ley está escrito: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19,18). Y ellos comentaban: “Debemos amar al prójimo, pero sólo al prójimo, a los otros ¡no!” Y de allí nacía la discusión sobre la cuestión: “¿Quién es mi prójimo?” (Lc 10, 29) El apóstol Pablo escribe en la segunda carta a los Corintios: La ley escrita da muerte, mientras que el Espíritu da vida” (2 Cor 3, 6).

En el Sermón de la Montaña, Jesús crítica a los que observan la letra de la ley, pero que no acata el espíritu de la Ley (Mt 5, 20). Para ser fiel a lo que Dios pide de nosotros no basta observar sólo la letra de la ley. Esto sería lo mismo que limpiar el vaso o el plato por fuera y dejar el interior lleno de suciedad: robo y maldad. No basta no matar, no robar, no cometer adulterio, no jurar. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va hasta la raíz y arranca desde dentro de sí los deseos de “robo y de maldad” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor (Mt 5,21-48).

 

  1. MEDITACIÓN (Qué me dice la Palabra de Dios) 
  1. Nuestra Iglesia diocesana, ¿merece hoy esta acusación de Jesús contra los escribas y los fariseos? ¿Y yo, la merezco? Respetar la seriedad de vida de los demás que piensan de forma diferente de nosotros puede facilitar el diálogo tan necesario y tan difícil hoy en día. ¿Cómo practico el diálogo en familia, en el trabajo y en la comunidad, y con los hermanos sacerdotes?

 

  1. Jesús desenmascara la falta de corazón de los Fariseos, tan respetuosos de la Ley. Él ve lo que hay dentro de la persona, en el corazón humano. El Fariseo, en agudo contraste, está básicamente preocupado de las observaciones externas o de las reglas y regulaciones, tales como el ritual de lavarse antes de cada comida. ¿Cuál es mi visión? ¿Qué necesito para ver el corazón de mis hermanos?

 

  1. Jesús ve una conexión entre dar limosna y la purificación del corazón. En todas partes insiste en que la verdadera limosna debe ser sincera, y no provocar la admiración de los otros: no es lo que damos, sino cómo lo damos. ¿Cómo reacciono ante quienes piden mi ayuda material? ¿Cuál es mi reacción frente a la actual crisis migratoria y qué me dice sobre el estado de mi corazón? ¿Trato de ser solidario con mis hermanos ante situaciones tan difíciles, como los temblores?

 

  1. ORACIÓN:¿Qué le respondo al Señor? ¿Qué le decimos?

Cada uno libremente puede dirigir su oración al Señor de gracias y de perdón

  1. COMPROMISO: ¿A qué me comprometo? ¿a qué nos comprometemos?

Personal:

 

Comunitario:

 

Y un canto final de acción de gracias.