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LECTIO DIVINA 

DOMINGO XXXII TIEMPO ORDINARIO

12 de noviembre de 2017

¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨ 

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Señor Jesús te pedimos que nos envíes la luz del Espíritu Santo para poder entender tu Palabra, que es fuente de vida y nos de la capacidad para entenderlo, y nos haga capaces de ser más coherentes en todos los actos de nuestra vida, te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

  1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Mt 25, 1-13)

¿Qué dice el texto?

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las lámparas. Como el novio tardara, se durmieron todas. Mas a media noche se oyó un grito: «¡Ya está aquí el novio! ¡Salgan a su encuentro!» Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: «Danos de su aceite, que nuestras lámparas se apagan.» Pero las prudentes replicaron: «No, no sea que no alcance para nosotras y para ustedes; es mejor que vayan donde los venden y lo compren.» Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, Señor, ábrenos!» Pero él respondió: «En verdad les digo que no los conozco. Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora». Palabra del Señor.

Pistas de reflexión

Contexto bíblico 

Los capítulos 24-25 tratan con la escatología (el fin de los tiempos) y la Parusía (el retorno de Cristo). El capítulo 24 concluye con la parábola del siervo fiel y del infiel (23, 45-51), que es la primera de cuatro parábolas que abordan el tema del reino venidero. En esa parábola, el siervo infiel asume que su amo se va a retrasar indefinidamente, y por lo tanto actúa infielmente. Sin embargo, el amo llega de forma inesperada y lo castiga duramente poniéndolo en un lugar donde hay lloro y crujir de dientes (24, 51). 

En la primera de las tres parábolas, el amo sorprende a la gente regresando inesperadamente. En la primera y segunda parábolas, el amo se retrasa (24, 48; 25, 5). En la tercera parábola, el amo regresa “después de mucho tiempo” (25, 19). Estas parábolas reflejan el hecho de que la iglesia de san Mateo, en la última parte del primer siglo, está lidiando con la demora del retorno en la Parusía. Ellos esperaban que Jesús regresara ya, y estas parábolas les dicen que hay que estar preparados para el regreso del maestro. En las cuatro parábolas el señor sorprende a la gente con la dureza de su juicio.

Así como Jesús comenzó su ministerio con una larga sección de enseñanza (el Sermón del Monte, capítulos 5-7), así ahora concluye con una larga sección de enseñanza (el Discurso Escatológico, su tratado sobre el fin de los tiempos, capítulos 25-25). Jesús comienza el capítulo 26 con una nota catastrófica: “Saben que dentro de dos días se hace la pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado.” Y luego sigue la historia de su pasión. 

Texto bíblico

 A) EL ESPOSO VA LLEGANDO

“Entonces el reino de los cielos será semejante” (v. 1). Jesús describe la preparación para una boda. En ese tiempo y lugar, la vida era dura y los placeres pocos. Las mujeres se quedaban en la casa para cuidar a los hijos y las tareas domésticas. Esperaban con gusto su diaria visita al pozo del pueblo (desde donde debían cargar pesadas vasijas llenas de agua) porque, en el pozo, tenían una oportunidad de reunirse con otras mujeres del pueblo.

Pero, ocasionalmente, el tedio de sus vidas se rompía por los grandes eventos de la vida del pueblo como bodas, nacimientos, ritos de paso a la adultez, e incluso los funerales. De estos, las bodas significaban la más grande celebración. En una boda, la pareja se quedaba en casa donde se convertían en el centro de la vida del pueblo por días. Después de la ceremonia de la boda, había un gran banquete, con danza, que podía durar por varios días. Para la pareja, era la semana más feliz de sus vidas. También era una semana feliz para sus amigos, ¡era un evento que no se debían perder!

Jesús nos habla de diez (Gr. Παρθένοις), parthenois, vírgenes, doncellas, cinco prudentes y cinco insensatas. Estas vírgenes prudentes e insensatas corresponden a los constructores insensatos de los que Jesús habló en 7, 24-27. En esa historia, el hombre prudente construyó sobre la roca, pero el insensato lo hizo sobre la arena. La casa construida sobre la roca soportó bien la tormenta, pero la que fue construida sobre la arena se derrumbó, y su caída fue grande. Jesús dice que el hombre sabio o prudente es el que “oye estas palabras y las pone en práctica” (7, 24).

Hay que notar que tanto las vírgenes prudentes e insensatas se durmieron, así que haberse dormido no es la característica que las distingue. Además hay que notar que tanto las vírgenes prudentes como las insensatas son elegibles para la festividad. Esta parábola es una advertencia para los cristianos que no están preparados para el regreso de Cristo.

Las vírgenes prudentes son diferentes de las insensatas solamente en una cosa: tienen la precaución de tomar aceite para rellenar sus lámparas. Las vírgenes prudentes durmieron, pero primero se prepararon completamente para la llegada del esposo. Tenían sus lámparas y aceite, así que estaban listas para recibir al esposo sin importar cuando llegara. Están listas, y estar listos es el punto de esta parábola.

El esposo se retrasa (v. 5). Este es el punto clave de la historia. Tanto las vírgenes sabias como las insensatas están preparadas para la llegada del esposo, pero solamente las vírgenes sabias están preparadas para el retraso del esposo. Como ya lo dijimos arriba, san Mateo, que está escribiendo este Evangelio medio siglo después de la resurrección, está luchando con el asunto del retraso del regreso de Cristo. En esta serie de parábolas él alienta a la iglesia a mantenerse en vela, incluso si están cansados de mantenerse en un estado de alerta continua.

Esta parábola incluye un buen número de elementos alegóricos (la gente, cosas y sucesos que tienen un significado simbólico o escondido). Los estudiosos generalmente reconocen que: Las vírgenes son la iglesia que está esperando por el regreso de Cristo, el esposo es Cristo, la fiesta de bodas es la gran gozosa ocasión en que Cristo viene por su iglesia; el banquete de las bodas del Cordero (Ap. 19, 9). El retraso del esposo corresponde al retraso del regreso de Cristo. La llegada del esposo a la media noche es el regreso de Cristo mismo. Cerrar la puerta es el juicio final.

La vida cristiana en san Mateo es una vida de duro discipulado… el cristianismo de un momento se desequilibra y finalmente podría ser fatal. Pero también da ánimos para la preparación y espera.

 B) ¡YA VIENE EL ESPOSO!

A media noche, oyeron un clamor: el esposo estaba llegando (v. 6). Las diez vírgenes, tanto las prudentes como las insensatas, despertaron y arreglaron sus lámparas. Las vírgenes insensatas, sin embargo, se dan cuenta de que no tienen aceite, y le piden a las vírgenes prudentes que compartan el suyo, algo que ellas se rehúsan a hacer. Estamos tentados a criticar su egoísmo, pero en su prudencia las vírgenes sabias se dan cuenta de que no hay suficiente aceite para todas. Si comparten el aceite, se acabará más pronto, y el esposo no tendrá luz para su fiesta. Ellas no critican a las vírgenes insensatas por su falta de precaución, sino que en su lugar sugieren una solución: vayan a la tienda y compren más aceite. No estaban careciendo de amabilidad, simplemente estaban enfrentando los hechos.

Mientras las vírgenes insensatas buscan aceite, el esposo llega, “y las que estaban listas, entraron con él al banquete de bodas; y se cerró la puerta” (v. 10). Después, las vírgenes insensatas regresan. Jesús no dice si han encontrado aceite o no. En realidad no importa si tienes aceite o no: no lo tenían cuando el esposo llegó. Ahora es muy tarde. Dijeron “¡Señor, señor, ábrenos!”, pero el esposo responde “Yo les aseguro que no las conozco” (v. 11-12). Es devastador ser rechazada por el esposo, porque su palabra es final. El rechazo se hace todavía peor por la reputación del esposo de amor y generosidad. ¡Hubiera sido tan fácil complacerlo! ¡Por qué no lo hicieron!

Un poco antes Jesús advirtió “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: más el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca los conocí; apártense de mí, los que hacen el mal” (7, 21-23). Jesús hace claro que tiene expectativas sobre nuestra conducta, normas que debemos tomar seriamente, obediencia a la que debemos aspirar. En nuestra parábola, también deja claro que hay tiempo para el arrepentimiento y tiempo cuando el arrepentimiento llega demasiado tarde. Cuando el esposo llega, es muy tarde para pedir prestado aceite: demasiado tarde para depender de nuestro prójimo, demasiado tarde para pedir por oración, demasiado tarde para prepararse. Cuando la puerta se cierra, es demasiado tarde para suplicar por misericordia. No importa cuánto lloremos y supliquemos y crujamos los dientes, la puerta ya está cerrada.

Pero los prudentes en la Iglesia son los que están preparados para el retraso; que se mantienen en la fe bien entrada la noche; quienes, aunque no ven al novio llegando, siguen sirviendo y esperando y orando y esperando por la victoria prometida de Dios. “Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (24, 13).

 C) VELEN

Como ya se notó más arriba, el problema con las vírgenes insensatas no fue que se durmieron, también se durmieron las vírgenes prudentes. El problema fue que no se habían preparado con aceite para sus lámparas. El mensaje de la parábola para nosotros es que debemos mantenernos constantemente preparados, porque “No sabemos ni el día ni la hora”. Hay que estar contante en vela, con la vela de la fe y el aceite preparado.

Preguntas para la lectura

  • ¿A qué se parece el reino de los cielos?
  • ¿Qué sucedió cuando el esposo se tardaba?
  • ¿Qué sucedió a la media noche?
  • ¿Qué le dijeron las descuidadas a las previsoras?
  • ¿Qué respondieron las previsoras?
  • ¿Qué dijeron las descuidadas al llegar a la puerta?
  1. MEDITACIÓN (Qué me dice la Palabra de Dios)
  • ¿Seré capaz de buscar el Reino de los cielos, aquí en la tierra?
  • ¿Tengo siempre presente tener aceite en mi lámpara de la fe?
  • ¿Soy previsor para el fin de los tiempos?
  • ¿Me desanimo tan pronto ante los problemas y dificultades?
  • ¿Me siento digno de ser un buen cristiano?
  • ¿Soy optimista ante los cambios acelerados en la sociedad en que vivimos?
  1. ORACIÓN: ¿Qué le respondo al Señor? ¿Qué le decimos?

Gracias Jesús porque Tú nos invitas a ser precavidos en los caminos de la vida y darnos la esperanza en un pronto retorno, por los momentos de tristeza y desesperación, Tú siempre nos tiendes la mano para ayudarnos y hacernos mejores personas en la sociedad, gracias por todos los triunfos y fracasos de nuestras vidas. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.

Perdón Señor Jesús, por no saber esperarte en el momento oportuno de nuestras vidas, perdón por la desconfianza en nuestros hermanos y por ser algunas veces pesimistas ante la situación que vive nuestro país, violencia, asaltos, drogadicción, infidelidades y por todos los males que nos agobian. Por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.

  1. CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?

Contemplar a Jesús hablando del reino de los cielos:

  • A las diez vírgenes con sus lámparas.
  • A las cinco que eran previsoras.
  • A ti que muchas veces te pareces a las descuidadas.
  • Al novio que llega al banquete y encuentra a las previsoras.
  • A los miembros de tu comunidad que no esperan en el banquete celestial.
  1. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de noviembre es:

Por la evangelización: Testimoniar el evangelio en Asia

“Por los cristianos de Asia, para que, dando testimonio del Evangelio con sus palabras y obras, favorezcan el diálogo, la paz y la comprensión mutua, especialmente con aquellos que pertenecen a otras religiones.”

Intención personal: Estar con el aceite de la fe, velando por medio de la oración, dando un testimonio claro de que el Señor está presente en mi vida.

Intención comunitaria: Ayudar a los miembros de mis pequeñas comunidades en el valor de la esperanza y perseverancia en los momentos difíciles.