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LECTIO DIVINA
DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
12 de junio de 2022
“En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión”
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Padre Santo, tú que, con el Espíritu Santo, son uno solo y que nos gobiernas, te pedimos que nos regales tu bondad, y el amor del Espíritu nos ayude a entender la buena nueva de tu Hijo, todo esto te lo pedimos por Jesucristo tu hijo que vive y reina contigo. Amén.
I. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Jn 16, 12-15)
¿Qué dice el texto?
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.
Palabra del Señor.
Pistas de reflexión
Contexto bíblico
Este texto bíblico está ubicado en el diálogo que Jesús tiene con sus discípulos en la Última Cena y que comprende cinco capítulos: del 13 al 17 del Evangelio de Juan.
La promesa del Espíritu es el tema central y el más repetido en estos capítulos.
La fórmula trinitaria aparece en el bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19).
El apóstol Pablo cerró una de sus epístolas diciendo: «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes» (2 Cor 13:1).
La Primera epístola de Juan afirma: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”. (1 Juan 5:7).
Texto bíblico
A) Hay cosas que no pueden comprender
“Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender” (v. 12). Jesús ha señalado a la cruz, pero los discípulos no han logrado entender. Esperan ver un rey guerrero, y no pueden imaginarse un siervo que sufre. Aún no están listos para enfrentar las pesadumbres que les esperan, ver a su Señor ejecutado junto con criminales corrientes, ser encarcelados, golpeados, crucificados por su fe, propagar la Iglesia por el sacrificio de su propia sangre, ver crecer la influencia de gentiles en la Iglesia. Pero Jesús no les pide a los discípulos que enfrenten tales cosas ahora, cuando se encuentran débiles, sino que lo deja para el momento en que el Espíritu esté con ellos para guiarles y reforzarlos.
San Pablo lo dice de esta manera: “Hasta ahora ninguna prueba que sobrepase todo lo humanamente soportable. Dios es fiel y no permitirá que sean probados por encima de sus fuerzas, sino que, junto con la prueba, hará también el modo de sobrellevarla” (1 Cor 10, 13).
B) El Espíritu de verdad los guiará
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad los irá guiando” (v. 13a). Esto recuerda al papel de Josué que, como sucesor de Moisés, fue encargado de guiar a la gente hacia la tierra…así el Espíritu, como sucesor de Jesús, está a cargo de guiar a los seguidores de Jesús por la esfera de la verdad.
El Espíritu de la verdad no nos guiará equivocadamente, en vez, nos llevará por el camino correcto. Ese camino puede ser estrecho y duro, pero el Espíritu de la verdad nos ayudará a caminar con confianza. Sabio más que sabio, el Espíritu de la verdad no nos guiará por un camino de necedad, nos llevará al amor; el Espíritu de la verdad no será tentado por intereses o envidias. Siempre presente, el Espíritu de la verdad estará ahí durante noches oscuras y en todo lugar remoto e infernal.
“Porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído” (v. 13b). Jesús no habló su propia palabra, sino que dijo, “porque todas las cosas que oí de mi Padre, se los he enseñado” (15:15). En su oración de Alto Sacerdocio, Jesús dijo, “las palabras que me diste, les he dado” (17:8). De manera parecida, el Espíritu no nos hablará de su propia palabra, sino que “hablará todo lo que oyere.” Hay una línea directa del Padre a través del Hijo, y del Espíritu a los discípulos. Cada palabra de Jesús y el Espíritu está enraizada en la verdad del Padre.
“Por este tema de la finalidad de la revelación de Dios en Jesucristo, la Iglesia siempre ha sospechado de declaraciones que claman una revelación aún más definitiva, que depende de las conciencias de todo cristiano.
“Y les hará saber las cosas que han de venir” (v. 13c). Aunque las cosas que han de venir se podrían referir al don de profecía. En ese momento, los discípulos son pequeños en cuanto a la fe, comprenden poco. Más adelante, cuando estén listos para enfrentarlo, el Espíritu les revelará más y más. Pero el Espíritu continúa guiando la Iglesia aún hoy. Nuestras circunstancias cambian a diario con nuevas tecnologías y políticas, pero el Espíritu de la verdad está listo para ayudarnos a conectar la verdad de Dios con estas nuevas situaciones.
C) Todo lo del Padre nos los comunicará
“El (εκείνος, ekeinos, él mismo) me glorificará” (v. 14a). “Por quinta y última vez en estas declaraciones Paráclitas, el demostrativo enfático ekeinos… se utiliza para el Espíritu. Él y nadie más enseñará todo a los discípulos (14:26), rendirá testimonio a Cristo (15:26), divulgará el error del mundo (16:8), guiará a los discípulos por el camino de toda verdad (16:13), y (ahora) es él que tiene la glorificación de Jesús como misión suprema”.
“Igual que los discípulos presenciaron la gloria de Jesús en la encarnación (1:14; 2:11), e igual que la misión de Jesús era traer gloria al Padre (7:18; 12:28; 17:4), así, su muerte y resurrección se designan en este Evangelio como la hora de su glorificación (12:23; 13:31-32; 17:1, 5)”.
“Porque tomará de lo mío, y les hará saber. Todo lo que tiene el Padre, mío es: por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (vv. 14b-15). El Espíritu nos declarará “de lo mío” (v. 14b), pero Juan nos recuerda que el Padre le ha concedido a Jesús “todas las cosas” (13:3). Jesús nos recuerda que “Todo lo que tiene el Padre, es mío” (v. 15). Así sigue que el Espíritu nos revelará “todas las cosas” y “todo lo que tiene el Padre.” De alguna manera, estas verdades ya han sido reveladas a través de Moisés, los profetas, y Jesús, pero la gente no siempre estaba preparada para comprenderlas. A medida que crece nuestro entendimiento, el Espíritu, “les enseñará (a nosotros) todas las cosas, y les recordará (a nosotros) todas las cosas que les he (que Jesús ha) dicho” (14:26).
Este crecimiento, el poder apreciar la plenitud de la verdad de Dios es un proceso de toda la vida. En esta vida nunca estaremos preparados para comprender toda la verdad de Dios, pero el Espíritu es un guía fiel, por eso, nos interesa ser seguidores fieles.
De manera parecida, el recibimiento del consejo del Espíritu varía mucho. Algunas personas se cierran al Espíritu, y no derivan ningún beneficio de sus enseñanzas. Otros buscan la ayuda del Espíritu en momentos de angustia, pero no le prestan atención en momentos cotidianos. Aún otros oyen la voz del Espíritu, pero solo suavemente a través de la multitud de voces que compiten con ella. Pero otros reciben el consejo del Espíritu con alegría, y producen fruto espiritual abundante, que los hace capaces de ser personas que están dispuestas inclusive a dar la vida.
Preguntas para la lectura:
- ¿Qué enviará Jesús a sus discípulos?
- ¿Qué harán los discípulos de Él?
- ¿Qué tiene que decirles a sus discípulos?
- ¿Qué hará el Espíritu de verdad?
- ¿Qué hará el Padre con los discípulos?
II. MEDITACIÓN (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
- ¿Cómo vivo el don del Espíritu Santo que he recibido en los sacramentos?
- ¿Me siento testigo de la verdad?
- ¿Doy testimonio de que soy un buen cristiano?
- ¿Glorifico a Dios en mis actos con mis hermanos?
- ¿Seré capaz de propagar con mis hermanos los dones del Espíritu Santo?
III. ORACIÓN (Qué le respondo al Señor, qué le respondemos al Señor)
Gracias, oh Padre, por la venida del Espíritu Santo, del Abogado. Gracias por el testimonio de Jesús en el mundo y en mí, en mi vida. Gracias, porque es Él el que me hace capaz de recibir y llevar el peso glorioso de tu Hijo y mi Señor. Gracias, porque Él me guía a la verdad, me entrega la verdad toda entera y me revela las palabras que Tú mismo pronuncias. Gracias, Padre mío, porque en tu bondad y ternura, Tú me has alcanzado hoy, me has atraído a Ti, me has hecho entrar en la casa de tu corazón; me has inmerso en el fuego de amor trinitario.
Te pedimos perdón por las ocasiones que no nos hemos abierto al don del Espíritu Santo, por no ser capaces de amar a nuestros seres queridos, y por no saber mirar que también en mis hermanos habita el Espíritu Santo. Perdón por las ocasiones en que no he sido responsable de mi trabajo pastoral y por las ocasiones en que no hemos sido fieles al llamado que nos has hecho.
IV. CONTEMPLACIÓN ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
- Al Espíritu que sigue actuando en tu vida y en la Iglesia.
- Contémplate como testigo de la verdad.
- A aquellos hermanos que no confían en el Espíritu Santo.
V. ACCIÓN ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?
Intenciones del Santo Padre para el mes de junio
Por las familias
Recemos por las familias cristianas de todo el mundo, para que, con gestos concretos, vivan la gratuidad del amor y la santidad de la vida cristiana.
Intención personal: Revivir el don del Espíritu Santo que he recibido en el Bautismo y en la Confirmación.
Intención comunitaria: Animar a mis hermanos a reconocer el don del Espíritu Santo, y que Él nos anime a seguir haciendo el bien y amando a nuestros hermanos.