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LECTIO DIVINA
COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA
06 de julio de 2014
DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO
¨En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión¨
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Señor Jesús, Tú que nos enseñas a alabar al Padre y le das gracias por revelar los misterios del Reino a la gente sencilla, te pedimos que nos envíes tu Espíritu Santo para que nos ilumine por medio de tu Palabra, y así podamos imitar tu ejemplo humilde y manso de corazón. Te lo pedimos Señor. Amén.
1. LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO (Mt 11, 25-30)
¿Qué dice el texto?
En aquel tiempo Jesús exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Palabra del Señor.
Pistas de reflexión
Contexto bíblico
En el contexto inmediato san Mateo resalta la inmadurez y la tradición de los contemporáneos de Jesús. Contrarrestando esta situación Mateo inserta este maravilloso texto. De esta importante oración de Jesús que contiene tres afirmaciones fundamentales: sólo el Hijo es capaz de revelar el verdadero rostro del Padre; la revelación del Padre se abre a los pequeños y se cierra a los sabios, todos los que están cansados y oprimidos pueden encontrar en Cristo alivio. La afirmación central es la primera; las otras dos le sirven de marco y expresan su contenido.
Dios ha decidido gratuitamente («así te ha aparecido bien») manifestar estas cosas a los pequeños. Es una revelación que sigue esquemas inesperados: oculta estas cosas a los prudentes y a los sabios y las revela a los pequeños. Para dar aún más relieve a la paradoja, Jesús no dice simplemente «Padre», sino que añade «Señor del cielo y de la tierra». Aquí está la maravilla: el Dios del cielo y de la tierra tiene preferencias por los humildes y los pequeños.
Cuando Mateo escribía, la expresión «los sabios y entendidos» designaba concretamente a las élites religiosas de Israel, rabinos y fariseos que permanecían ciegos ante la claridad de las palabras de Jesús y se irritaban por su predicación a favor de los pobres. Concretamente, en tiempo de Jesús eran los llamados hombres de la tierra, los pobres aldeanos de Galilea, a quienes los doctores de la Ley y los fariseos despreciaban. Jesús les invitaba a buscar en otra parte, a saber, en el Evangelio y en su ejemplo, la verdadera voluntad de Dios; una voluntad sin duda exigente, pero rectilínea, simple y al alcance de todos.
Texto bíblico
A) La revelación de Jesús a los pequeños
Jesús se dirige a Dios como Padre y como “Señor del cielo y de la tierra” (v. 25). De esta manera captura ambos, el lado cariñoso y el lado grandioso de Dios. El enfoque cambia de aquéllos que han rechazado a Jesús a aquéllos que lo han aceptado. Dios ha escondido la verdad de “los sabios y los entendidos,” pero ha revelado la verdad a “pequeños” (v. 25). El ambiente también cambia. El optimismo de Jesús no se basa en ningún éxito reciente, sino en la cariñosa autoridad de Dios y la intimidad entre Padre e Hijo.
“Has escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las has revelado a los pequeños” (v. 25). “No hay ninguna arbitrariedad aquí. Es una simple verdad que los sabios tienden a ser orgullosos y autosuficientes en su sabiduría y, particularmente, poco receptivos a lo nuevo e inesperado. No es difícil, por ejemplo, ver que la mayoría de los escribas y fariseos caigan en esta categoría.
Esto refleja la experiencia personal de Jesús. Aquéllos en altos puestos rechazan a Jesús, pero la gente común, incluyendo a los recaudadores de impuestos y los pecadores, acuden a Él. Y la diferencia es que Él no los rechaza.
B) Como le agrada a Jesús que los pecadores se acerquen
“Gracias Padre, porque así te ha parecido bien” (v. 26). No es por accidente que los “sabios y entendidos” rechazan a Jesús mientras que los “pequeños” creen en Él. El Plan de Dios es el Evangelio mismo, es bendecir a los pobres de espíritu, los que se lamentan, los débiles, los que buscan ser justos, los niños, los pequeños. Esta regla tiene excepciones que sirven para probarla. Nicodemo, un fariseo, se acercó a Jesús de noche (Jn 3). José de Arimatea, un hombre rico, proveyó un lugar de entierro para Jesús y asistió al cuidado de su cuerpo después de la crucifixión (27, 57-60). Gamaliel, un fariseo, aconsejó al Sanedrín que tuvieran cuidado con su sentencia de los discípulos a no ser que se encontraran en conflicto con la voluntad de Dios (He 5). Saulo de Tarso, un fariseo (Hechos 23, 6; 26, 5), se convirtió en un gran misionero cristiano y en autor de mucho de lo que está escrito en el Nuevo Testamento.
Estas excepciones demuestran que el Evangelio puede traer buenas noticias para los ricos y poderosos también, pero es mucho más difícil para las personas con grandes recursos personales, sean monetarios o intelectuales, admitir su necesidad por Cristo. Cristo bendice al suplicante y humilde, y es difícil para los ricos y poderosos ser humilde o suplicante.
Para comprender la intimidad entre Padre e Hijo, imaginemos la relación que habría disfrutado Jesús con su padre carpintero. Aunque las Escrituras no nos digan mucho de la niñez de Jesús, José le habría empezado a enseñar carpintería a Jesús tan pronto como fuera lo bastante mayor para utilizar las herramientas. Cuando Jesús llegó a ser hombre, la transferencia de sabiduría estaría completa. Jesús conocía las herramientas y la variedad de maderas, técnicas y medidas. Si José lo sabía, Jesús también lo sabía. Trabajando juntos en su pequeño taller, José y Jesús se podían comunicar fácilmente. Ahora, multipliquemos esa relación por infinito, y encontraremos la relación entre Padre e Hijo. “Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar» (v. 27).
C) Vengan a mí que soy manso y humilde de corazón
Estos versículos se encuentran entre los más queridos y citados de la Biblia, porque todos nosotros nos sentimos cargados y necesitados de descanso. En su contexto original, estos versículos hablaban específicamente de los que se sentían cargados por la ley judía. Mitzvá מצוה es una palabra hebrea que significa «mandamiento» (plural mitzvot; de צוה, tzivvah – «mandar»). Las 613 Mitzvot – Los Mandamientos, 248 positivos y 365 negativos o de prohibición.
Dios dio la ley para guiar al pueblo judío por las complicaciones morales de la vida, pero gente bien intencionada embelleció la ley hasta convertirla en algo demasiado complicado. Profesionales religiosos se sentían orgullosos por su observación de la ley, pero ni ellos podían evitar romperla. La persona común no podía ni acercarse a la perfecta observación de la ley. “Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí” (v. 29). Los maestros a menudo hablaban del yugo de la ley o de los mandamientos, pero siempre en forma de alabanza. Pero en manos de escribas y fariseos, sin embargo, el yugo de la ley se convirtió en una carga casi tan pesada como el yugo del mundo.
Un yugo generalmente conecta a dos bueyes para que trabajen como equipo. Cuando Jesús nos invita a llevar su yugo y a aprender de Él, nos está invitando a unirnos a Él en su arreo, a permitirle a Él tomar el mando, a permitirle que nos acompañe a través de los momentos difíciles, a darle la oportunidad de enseñarnos cómo se debe hacer. “Porque soy manso (griego: πραΰς, praus tímido, humilde) y humilde (griego: ταπεινός, tapeinós, humilde, bajo) de corazón” (v. 29). Moisés era humilde (Num. 12, 3), y Jesús bendijo a los praus (tímidos), prometiendo que ellos “recibirán la tierra por heredad” (5, 5) una promesa que no parece intuitiva. Nos parece que los valientes y los fuertes heredarán la tierra. Quizá los tímidos hereden el cielo, pero dudamos que hereden la tierra.
“Y hallarán descanso (ἀνάπαυσιν, anapausin) para vuestras almas” (v. 29). Anapausin “anota un descanso temporal, un alivio por ejemplo, para los soldados”, un descanso para refrescarnos y prepararnos para el trabajo que nos espera. Jesús no nos invita a un descanso en el que nos sentamos en una silla, sino al descanso de una vida con el propósito de ser discípulo. No promete descanso a los que miran el reloj que saldrán temprano del trabajo, sino que les ofrece a los discípulos energía, visión, y propósito. Nosotros estamos cansados, aunque no observemos la ley judía. Sentimos la carga de muchas cosas: ocupaciones, preocupaciones sobre trabajo, matrimonio, dinero, salud, hijos, seguridad, vejez, soledad, y otras más. La preocupación de Jesús por nuestras cargas es tan verdadera como su preocupación por los judíos de su tiempo, que también sentían la carga de la ley. Su promesa es igual de real. “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los haré descansar.”
Preguntas para la lectura:
¿Qué exclamó Jesús?
¿Por qué le da gracias al Padre?
¿Qué ha puesto el Padre en sus manos?
¿Quién conoce al Padre?
¿A quiénes les dice que vengan a Él?
¿Qué tendrán que aprender de Jesús?
2. MEDITACIÓN: (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
La Palabra de hoy nos dice cosas importantes para sentirnos y vivir mejor. La oración de alabanza y de acción de gracias. ¿La vivo?, ¿la practico?
¿Reconozco lo que el Señor me regala gratuitamente?
¿Me doy cuenta que este tipo de oración es mucho mejor que la oración de petición?
¿Cómo vivo la confianza con Jesús y con el Padre?
¿Cuándo me siento cansado y fatigado lo busco de corazón?
¿Respecto a las leyes trato de vivirlos con amor o algunas veces trato de ser impositivo?
3. ORACIÓN: (Qué le respondo al Señor, que le respondemos al Señor)
Te damos gracias Señor por todas las maravillas que nos regalas y porque nos invitas a amar al Padre y a los sencillos de corazón. Gracias por todas las ocasiones que nos regalas regocijo y descanso en Ti, por tu llamado a ser tus discípulos y por todas las maravillas que nos das. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.
Te pedimos perdón por las veces que vemos a los pobres y sencillos con desprecio al estilo fariseo, por las veces que no hemos valorado a los hermanos de nuestras comunidades, por las ocasiones que les hemos impuesto muchos preceptos que muchas veces en lugar de incrementar la fe los convertimos un una ley autoritaria. Por eso te pedimos perdón. Perdón Señor, perdón Señor.
4. CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
• A Jesús, que alaba al Padre con toda emoción, porque es el Dios de los sencillos y pobres de corazón.
• A ti mismo, que te sientes agraciado por el Padre en Jesús.
• A los demás, hijos todos amados del Padre por Jesús.
• A los cansados que buscan el consuelo de Jesús.
• A los miembros de tus comunidades que se van desanimando algunas veces y pierden la confianza en Jesús.
5. ACCIÓN: ¿A qué me comprometo?
La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de julio es:
Universal: Deporte
“Para que la práctica del deporte sea siempre ocasión de fraternidad y crecimiento humanos”.
Que en mi vida practique las virtudes de Jesús, principalmente su mansedumbre y entrega a los más sencillos, y trate de ser una persona no tan apegada a los preceptos sino tratar y saber vivirlos.
Por la evangelización: Misioneros laicos
“Para que el Espíritu Santo sostenga el servicio de los laicos que anuncian el Evangelio en los países más pobres.”
Que en mis comunidades, enseñe a alabar al Padre por las grandezas que nos regala y a imitar sus ejemplos. Tratar de no ponerles tantas cargas a los miembros de las comunidades que ni nosotros podemos a veces cumplir, sino más bien como el Señor una carga ligera.