4 de junio de 2023
“En la Diócesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión”
“Solemnidad de la Santísima Trinidad”.
Jn 20 19-23
1. ORACIÓN INICIAL
Creo en Ti Dios Padre, creo en Ti Dios Hijo,
creo en Ti Dios Espíritu Santo, aumenten mi fe.
Espero en Ti Dios Padre, espero en Ti Dios Hijo,
espero en Ti Dios Espíritu Santo,
aumenten mi esperanza.
Te amo Dios Padre, te amo Dios Hijo,
te amo Dios Espíritu Santo,
aumenten mi amor.
Padre omnipotente, ayuda mi fragilidad.
Sabiduría del Hijo, endereza mis pensamientos y palabras.
Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas mis obras,
para que sean siempre conformes con la Voluntad del Padre.
2. LECTURA
Del Santo Evangelio según Jn 3, 16-18:
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
3. UN MOMENTO DE SILENCIO ORANTE
Para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. INDICACIONES PARA LA LECTURA:
A alguno le podría sorprender que celebrando el domingo de la Santísima Trinidad en el evangelio no se nombre al Espíritu Santo. Esa duda se disipa rápidamente leyendo la respuesta completa que Jesús da a Nicodemo: «el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.
Para nacer de nuevo hay que abrirse al Espíritu y acoger el inmenso amor de Dios, ¿Cómo Dios nos ha transmitido ese amor…? Nos ha entregado a su Hijo único.
Tanto amó Dios al mundo… Por amor, todo lo que Dios ha hecho es por amor. Estas palabras de Jesús recuerdan otras preciosas del Deuteronomio cuando Dios dijo a su pueblo: “No porque sean el más numeroso de todos los pueblos se ha prendado Dios de ustedes y los ha elegido, pues son el menos numeroso de todos los pueblos; sino por el amor que les tiene…”
Por amor Dios eligió a su pueblo en la antigua alianza y por el mismo amor Dios hoy ha bendecido a toda la humanidad con el don de su Hijo Jesucristo. Nos ha enviado a su Hijo, para que gracias a Él y a su Espíritu nos salvemos. Aceptar a Jesús es creer en Él. Sí, la elección divina y el regalo de Jesús son dones gratuitos de Dios. Ahora, luego viene la responsabilidad personal de aceptarlos o no.
“Al atardecer de la vida nos examinarán del amor”. Dios por amor nos entregó a su Hijo y un día nos preguntará sobre lo que hemos amado en esta vida. La enseñanza es clara: vivir amando. (Rubén Ruiz Silleras).
5. MEDITACIÓN
* La comunidad cristiana, aun con todos los límites humanos, puede convertirse en un reflejo de la comunión de la Trinidad, de su bondad, de su belleza. Pero esto —como el mismo Pablo testimonia— pasa necesariamente a través de la experiencia de la misericordia de Dios, de su perdón. (Papa Francisco).
* Dios no está lejano y cerrado en sí mismo, sino que es Vida y quiere comunicarse, es apertura, es Amor que rescata al hombre de la infidelidad. Dios es misericordioso, piadoso y rico de gracia porque se ofrece a nosotros para colmar nuestros límites y nuestras faltas, para perdonar nuestros errores, para volver a llevarnos por el camino de la justicia y de la verdad. (Papa Francisco).
* Esta revelación de Dios llegó a su cumplimiento en el Nuevo Testamento gracias a la palabra de Cristo y a su misión de salvación. Jesús nos ha manifestado el rostro de Dios, Uno en la sustancia y Trino en las personas; Dios es todo y solo amor, en una relación subsistente que todo crea, redime y santifica: Padre e Hijo y Espíritu Santo. (Papa Francisco).
*“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. ¿Qué es esta vida eterna? Es el amor desmesurado y gratuito del Padre que Jesús ha donado en la cruz, ofreciendo su vida por nuestra salvación. Y este amor con la acción del Espíritu Santo ha irradiado una luz nueva sobre tierra y en cada corazón humano que le acoge; una luz que revela los rincones oscuros, las durezas que nos impiden llevar los frutos buenos de la caridad y de la misericordia. (Papa Francisco).
6. CONTEMPLACIÓN
* Un solo Dios en tres Personas distintas, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo. Contempla al Padre que nos ha creado con amor. Contémplalo con ese amor que nos comunica todos los días. Al Hijo que nos ha redimido y que nos invita a enseñar los caminos de su salvación. Al Espíritu Santo que nos conduce y santifica. A las personas necesitadas de amor y cariño, para que nos inspire a ser más generosos con ellas.
* Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. El amor es la intimidad de Dios y allí donde hay amor allí está Dios. El Padre no ha encontrado otra manera mejor de decirnos que nos quiere que enviándonos a su Hijo. Solo merece la pena creer en el amor… ¿Cómo se puede dar tanto?
* Para que no perezca ninguno de los que creen en él. Jesús nos dice que el Padre nos quiere y abraza con ternura entrañable, nos consuela en los caminos y nos da la vida que no tiene fin, nos ama. ¿Cómo no creer? ¿Cómo no abrir de par en par el corazón a la Trinidad, que busca su morada en nuestro interior?
* Sino que tengan vida eterna. El Espíritu Santo… hace posible que podamos comunicarnos con el Padre y con el Hijo, que solo saben amarnos. … No se le ve, pero se le percibe, se escucha su rumor en el hondón del alma. Cuando descubrimos su presencia amorosa y dejamos que actúe y guíe nuestra vida, quedan fuera el miedo y el interés, aparece el amor confiado.
* Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo. Dios envió a su hijo para amar. … Ante el amor excesivo de la Trinidad, nos brota el canto, la alabanza, la adoración, el callado amor, el servicio gratuito, aprendemos a ser con la Iglesia misterio de comunión y de acogida, donde toda persona, especialmente pobre y marginada pueda encontrar acogida y sentirse hija de Dios, querida y amada.
7. ORACIÓN FINAL
Yo creo solo en un Dios, en Abbá, como creía Jesús.
Yo creo que el Todopoderoso creador del cielo y de la tierra
es como mi madre y puedo fiarme de él.
Lo creo porque así lo he visto en Jesús, que se sentía hijo.
Yo creo que Abbá no está lejos, sino cerca, al lado, dentro de mí.
Creo sentir su aliento, como una brisa suave
que me anima y me hace más fácil caminar.
Creo que Jesús, más aún que hombre, es enviado, mensajero, palabra.
Creo que sus palabras son palabras de Abbá.
Creo que sus acciones son mensajes de Abbá.
Creo que puedo llamar a Jesús la Palabra presente entre nosotros.
Yo solo creo en un Dios, que es Padre, Palabra y Viento.
Creo en Jesús, el Hijo. El hombre lleno del Espíritu de Abbá.
8. ACCIÓN
* La Trinidad nos marca un modo de actuar. La Trinidad es vida en común unión y el Amor es el lazo que los une. Confía en Dios, Él te ama desde antes de nacer.
* Todos nuestros temores, complejos y desesperaciones desaparecen cuando nos sentimos envueltos en este inmenso amor de la Trinidad. Plantéate si eres capaz de confiar en Jesús en todos los momentos de la vida. Él se alegra con tus alegrías, y sufre con tus sufrimientos…
*Ora alabando, adorando a Dios, dándole gracias con gestos y palabras. También presentándole situaciones personales, del entorno, del mundo, que necesitan de comunión, comunicación, diálogo, amor, relación…
*Cuando te persignes y digas: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», hazlo con atención, acordándote de que Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, te ama.
*Agradece al Señor hoy, en el día de la Trinidad, particularmente tu bautismo y también el don de la fe y el sentirte parte de la Iglesia.
*Tanto amó Dios al mundo… Ejercítate en que las personas que se relacionan contigo se sientan acogidas, amadas, comprendidas… especialmente las que se sienten solas o marginadas, pasan necesidad…
*Jesús dice “Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo” Esta frase nos implica directamente no juzgando a los demás, sino amándolos, como Dios en Jesús.
*Este día nos llama a vivir desde la comunión con todos, incluido los que no nos caen bien. Dios nos ama a todos. Recuerda que en el Gloria decimos “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.