Lectio divina domingo Ciclo A

 

LECTIO DIVINA

COMISIÓN DIOCESANA DE ANIMACIÓN BÍBLICA 

Lectio divina Ciclo A

01 de enero 2017

 

Oración al Espíritu Santo

Señor, te pedimos que nos envíes la luz del Espíritu Santo, para que nos ayude a discernir tu Palabra hecha carne entre nosotros, y esto, a la vez nos lleve a anunciar gozosos la buena noticia de la salvación.

1. Lectura del texto bíblico  (Lc 2, 16-21) ¿Qué dice el texto?

En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor.

 

Pistas de reflexión

 

Contexto bíblico

 

El texto de esta fiesta de la Madre de Dios (Lc 2,16-21) forma parte de la descripción más amplia del nacimiento de Jesús (Lc 2,1-7) y de la visita de los pastores (Lc 2,8-21). Partiendo de este esquema podremos entender todo el contexto a partir de los pastores.

Los pastores en el campo, los primeros invitados (Lc 2, 8-9). El primer anuncio de la Buena Noticia se hace a los pastores (Lc 2, 10-12). La alabanza de los ángeles (Lc  2, 13-14). Los pastores van a Belén y cuentan la visión de los ángeles (Lc 2, 15-18). Comportamiento de la Virgen María y de los pastores ante los hechos  (Lc 2, 19-29). Y por último, la circuncisión del pequeño Jesús. (2,21).

Texto bíblico

A) Los pastores fueron a toda prisa hacía a Belén (Lc 2, 16).

“Los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, y José, y al niño recostado en el pesebre” (v. 16). Los pastores obedecen el mandato del ángel con prisa. Gente más preparada quizá titubearía. Tendría preguntas que hacer y problemas que considerar. ¿En qué se estarían metiendo? ¿Cuáles podrían ser las ramificaciones de su participación? La gente sencilla encuentra más fácil el obedecer, están acostumbrados a seguir órdenes, no sienten la necesidad de estar en control, no tienen una imagen pública que proteger. Gente sencilla hace mejores sirvientes, y el Señor necesita sirvientes y gente que obedezca. Por esa razón la Virgen María se hace la humilde esclava del Señor, con su obediencia y su Fiat.

B) Y Cuantos los oían quedaban maravillados (Lc 2, 17-20).

“Después de verlo, contaron lo que se les había dicho del niño” (v. 17). Una vez que hemos sido privilegiados con la presencia de Dios, entonces tenemos la responsabilidad de compartir la experiencia con otros, de propagar la palabra, de proclamar la buena noticia.

“Y cuantos los oían se quedaban maravillados” (v. 18). ¿Quiénes son los maravillados? ¿José y María? ¡Seguramente! ¿Los pastores? ¡De cierto! ¡También aquéllos a quienes los pastores relatarán esta historia en los próximos días!

“María por su parte guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón” (v. 19). Es natural que María ame este relato tan maravilloso que los pastores le cuentan y que ella medita estas cosas en su corazón. Dios la asignó para esta misión, y ella la recibió dispuestamente. En el principio, no podría comprender todo lo que seguiría. Al desplegarse la vida de Jesús, ella se preguntaría acerca de los caminos tan sorprendentes en los que se encuentra. Si Dios la escogió a ella para ser la madre del Señor, ¿por qué un pesebre? ¿Por qué pastores? Si había un coro angelical, ¿por qué se les apareció a los pastores? ¿Por qué no a ella? ¿Qué pasará ahora? ¿Qué es lo que Dios espera de ella? María no comprendía por completo las implicaciones de todo lo que le había pasado… A veces, podría haber tenido las mismas preguntas que tenía Juan Bautista en Lucas 7, 18-23. Ante el misterio siempre surgen las dudas, pero ella lo aceptó como voluntad de Dios ante los riesgos que implicaba dicha aceptación.

“Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios de todo por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado (v. 20). Igual que gente común y corriente  después serán testigos de la resurrección, pastores gente del campo sirvieron de testigos de la Encarnación. Además de los ángeles, ellos son los primeros en proclamar las Buenas Noticias del nacimiento de Jesús. Y les dio gran alegría y regocijo de ver al niño y de proclamarlos a otros. Este ejemplo también puede ser para nosotros de alegrarnos  y regocijarnos y de llevar la Buena noticia a mis hermanos.

C) El niño fue circuncidado (Lc 2, 21).

“Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, (יֵשׁוּעַ  Yesua, el que salva) aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido” (v. 21) En Israel pasa a convertirse en signo de la Alianza. La Biblia destaca el valor de la «circuncisión del corazón» por encima de la circuncisión de la carne; expresa de esta manera que lo importante es la fidelidad de Israel al pacto con Dios.

La circuncisión, que primitivamente no era más que una medida de higiene, una introducción en la madurez y un rito de iniciación al matrimonio, vendría a tener una auténtica significación religiosa y expresaría la Alianza con Dios. La sangre que se derrama con motivo de esta pequeña operación puede compararse con la sangre de la alianza: ratifica este pacto la sangre de una misma víctima derramada sobre el altar, que representa a Yahvé, y sobre el pueblo (Ex. 24, 8). La circuncisión es condición indispensable para participar en el banquete de la alianza, que es el banquete pascual: “Ningún incircunciso podrá tomar parte en él” (Ex. 12, 48).

La circuncisión es uno de los ritos más significativos de la influencia que el plan de Dios puede tener sobre los gestos de origen natural, casi mágico, para ir espiritualizándoles progresivamente, hasta perfeccionarlos en la nueva alianza mediante una superación total. Como rito expresivo de la pertenencia a la alianza de Abraham, la circuncisión evolucionó como esta misma alianza hacia la moralización e interiorización consumadas en la circuncisión interior de Cristo sobre la Cruz» (1).

También el Antiguo Testamento conocía la importancia de la circuncisión del corazón. “Circuncidará Yahvé, tu Dios, tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Yahvé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y vivas” (Dt. 30, 6). “Circuncídense para Yahvé, circunciden sus corazones» Jr. 4, 4).

Hemos leído que, en el momento de la circuncisión de Abraham, su nombre fue cambiado de Abram en Abraham (v. 5). He ahí por qué el nombre se le impone al niño en el momento de la circuncisión. Cuando se trata de personajes importantes a quienes Dios destina para una misión particular, entonces es Dios mismo y no la familia quien impone el nombre. Así acontece con Juan Bautista: “Le pondrás por nombre Juan” (Lc. 1, 13); y con Jesús: “Le pondrás por nombre Jesús” (en Mt. 1, 21 esta orden le es dada a José; en Lc. 1, 31 le es dada a María).

Preguntas para la lectura:

¿A dónde fueron los pastores a toda prisa?

¿Qué hicieron los pastores después de ver al niño?

¿Qué hacía la Virgen María?

Cuándo volvieron los pastores ¿qué hicieron?

¿Qué sucedió a los ocho días?

2. Meditación (Qué me dice la Palabra).

¿Recibo con alegría el nacimiento del niño Jesús? ¿Cómo los pastores soy capaz de ir con prontitud al encuentro del Señor? Cómo la Virgen María ¿soy capaz de guardar las cosas en mi corazón? ¿Anuncio con alegría la gran noticia del nacimiento del Señor? ¿Veo con optimismo los acontecimientos de la vida? ¿En estos días de navidad, busco con un corazón sincero el amor del Señor?

3. Oración: ¿Qué le digo al Señor? ¿Qué le decimos al Señor?

Gracias Señor por haber venido al mundo para salvarnos. Gracias por todos los momentos de alegrías y tristezas que nos has regalado, por lo momentos de angustia; sabemos que tú estás en medio de nosotros. Por las ocasiones que me he sentido solo y por acompañarme en los momentos difíciles de mi vida. Por eso te damos gracias, Señor.

Perdón por los momentos de angustia en que no confiaba en ti, por no saber reconocerte frente a las adversidades, por ser demasiado confiado en mí mismo. En las ocasiones que me encontraba en momentos difíciles, en lugar de pedir que me ayudarás, te reclamaba el porqué me sucedió el problema. Por eso te pedimos perdón.

4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?

A los pastores yendo a toda prisa hacía Belén.

A José y María contemplando al niño Dios.

A los pastores maravillados al ver al niño Dios.

A ti que el Señor que te invita a contemplarlo.

A Jesús contemplado a Jesús como tu Salvador.

 

5. Acción: ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes enero es:

Por la evangelización: Los cristianos al servicio de los desafíos de la humanidad.  

“Por todos los cristianos, para que, fieles a las enseñanzas del Señor, contribuyan con la oración y la caridad fraterna, a restablecer la plena comunión eclesial, colaborando para responder a los desafíos actuales de la humanidad”

Propuesta personal: propagar con gran amor la devoción a la virgen María como Madre de Dios en mi familia.

Propuesta comunitaria: En este principio de año, busque la reconciliación con algunos miembros de mis pequeñas comunidades, y que sea más abierto para llevar el mensaje de salvación con mayor  coherencia.