Se ha elevado el alerta a la fase dos en México por la pandemia mundial, anticipando que los riesgos de un posible contagio comunitario por coronavirus (Covid-19) en la población mexicana es cada vez más alta. La Iglesia Católica está actuando con la conducción de los Obispos y Presbíteros de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla, en comunión con el Papa Francisco y la Conferencia del Episcopado Mexicano que han permanecido atentos ante la emergencia sanitaria.
La Arquidiócesis de Tlalnepantla junto con las diócesis de Izcalli, Cuautitlán, Ecatepec, Teotihuacán, Texcoco, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco, han brindado diversas orientaciones a los fieles católicos y personas de buena voluntad sobre las medidas a adoptar en sus ámbitos de la pastoral territorial, principalmente en la vida de sus comunidades parroquiales, y así responder al impacto del coronavirus sobre las personas más vulnerables, las familias y sus agentes de pastoral.
Las circunstancias actuales apremian a la fe de todos los católicos para responder con caridad y colaborar con las Obras Socio-Caritativas de la Iglesia. En este tiempo en el que se desarrolla la Colecta de la Caridad, las Comisiones Diocesanas de Pastoral Social-Cáritas, a nombre de los Obispos, apelan a la generosidad y solidaridad del Pueblo de Dios para ayudar con la oración y apoyo económico a las personas pobres, enfermas y necesitadas de la comunidad; más aún, colaborar con las necesidades de la Parroquia, en este tiempo en que se generará escases, por la estrategia de mitigación de contagios del virus, y se ha indicado: no salir de casa, participar de la Santa Misa en el propio domicilio a través de la transmisión televisiva o por internet y realizar las celebraciones sin presencia de fieles, por el bien comunitario y social, se abre un tiempo cuaresmal distinto para el cuidado mutuo: “Me cuido y te cuido”.
El compromiso caritativo de toda la Iglesia se activa de modo especial para:
– Reforzar el trabajo de las Cáritas diocesana y parroquial, para que sigan adelante con su misión.
– Prevenir el contagio entre los agentes de la Pastoral Social-Cáritas, así como de sus colaboradores, bienhechores y voluntarios.
– Apoyar en la difusión y atención de las medidas indicadas por las autoridades sanitarias y de la propia Iglesia a través del Obispo y Párrocos.
– Aportar y transmitir mensajes de confianza, solidaridad y esperanza a toda la comunidad.
– Mantener el ánimo y la comunicación para permanecer y perseverar en las tareas que corresponden a la acción de la Iglesia Samaritana. Adoptando las estrategias de apoyo y acordando los medios y procedimientos de actuación, con diálogo, flexibilidad y responsabilidad.
Ante todo hay que vivir la fe cristiana con entusiasmo en el servicio fraterno y solidario a la propia familia, a las familias vecinas y de las familias de la comunidad parroquial. ¡Contamos con tu respuesta generosa de caridad!