La corona de Adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los pueblos del norte de Europa. Durante el frío y obscuridad de diciembre, la gente colectaba coronas de ramas verdes y encendían fuego como señal de esperanza de que llegaría la primavera con su luz y su calor.
La actual forma de la corona de Adviento se debe al educador y teólogo luterano, Joham Hincrich Wicher, quien atendía una casa para huérfanos en Hamburgo.
Durante el Adviento los niños preguntaban con frecuencia ¿cuánto falta para la Navidad?, entonces en 1839 una vieja rueda de carreta con hojas, colocó 19 velas rojas pequeñas y 4 velas blancas un poco más grandes. Las velas rojas eran encendidas una cada día entre semana y las blancas una, cada domingo.
La Liturgia actual ha hecho un bello proceso de incorporar esta acción al interior de los hogares y los templos. La corona de luces de Adviento muestra en forma práctica, el sentido de “espera”, de escucha y de misericordia en la Navidad, ya que El Señor prodigaba esas actitudes y nos invita a seguir teniéndolas nosotros con el hermano; no sólo en Navidad, sino siempre.
El color de las velas varía según las tradiciones. En el catolicismo las velas adoptan el color litúrgico (3 moradas), una en color rosa que representa el gozo de que ya está cerca la Navidad. En últimas fechas se ha agregado una quinta verla blanca que representa a Cristo ya nacido como la Luz del mundo.
El Directorio para la Piedad popular y la Liturgia (DPL) señala:
- La primera vela se llama, “Vela del Profeta” y representa la penitencia.
- La segunda vela se lama, “Vela de Belén” y representa la humildad.
- La tercer vela se llama, “Vela de los pastores”, recuerda la cercanía a la Navidad.
- La cuarta vela se llama “Vela de los Ángeles”, ellos anuncian la llegada del Mesías.
- La Corona de Adviento es circular porque no tiene principio ni fin ( es eternidad). Señal del amor de Dios hacia hombres y mujeres del mundo entero.
- Es verde, que es el color de la esperanza y la vida.