Ciudad de México, 29 de junio de 2020. Gracias a la increíble labor de la Pastoral Social-Cáritas de las 98 diócesis del país, el apoyo incondicional de donantes y la dedicación de miles de voluntarios y voluntarias, la Iglesia de México, a través de esta labor, mantiene su cercanía con el pueblo de México, golpeado por la incertidumbre, dolor y tristeza de una emergencia jamás vista en la época moderna.

A poco más de dos meses del inicio de la campaña “Familias Sin Hambre”, la cual tiene como objetivo apoyar a personas en cuestión de seguridad alimentaria, que por la contingencia del COVID-19 perdieron su fuente de ingresos, Cáritas informó este fin de semana que logró superar las 100,000 despensas entregadas en todo el país.

Con el anuncio de las autoridades oficiales del resguardo de un gran sector de la población, para así evitar el contagio del Coronavirus (el cual desencadena la enfermedad COVID-19), miles de personas se vieron forzadas a detener sus actividades laborales. Lo que ocasionó que, durante abril, fecha de inicio del confinamiento, 12 millones de personas salieran del mercado laboral, según la información del INEGI.

El panorama de emergencia era inevitable. Ante esto, Cáritas, como acción social de la Iglesia, comenzó a movilizarse para la pronta atención de esta emergencia. Con el respaldo de la Conferencia del Episcopado Mexicano y el apoyo de Compromiso Social MX, la campaña Familias Sin Hambre inició formalmente el 12 de abril, fecha en que América Latina y el Caribe se congregó ante los pies de la Santa Virgen de Guadalupe.

A partir de esa fecha, un grupo de voluntarios y voluntarias de buena voluntad han atendido solicitudes de ayuda al 01 800 CARITAS, número que se habilitó para la campaña. Las llamadas han provenido de todos los estados de la República Mexicana, principalmente del centro y sur del país.  De estas solicitudes se han dado respuesta a 103,586 solicitudes, traducidas en despensas, medicamento y ayuda psicológica en todo México.

La generosidad se ha hecho presente de nueva cuenta en nuestro país y hoy, en palabras de nuestro secretario ejecutivo, el P. Rogelio Narváez Martínez: “Dios no se deja ganar en generosidad”. ¡Gracias por ser parte esencial de este milagro!