Chiautla, Edo. de México, 08 de agosto de 2020. Somos testigos de una realidad que no nos imaginábamos, una realidad tan agresiva que está afectando la vida de todos. Como Iglesia nos hemos visto limitados, pero ante todo motivados a colaborar para buscar y promover la salud y el bienestar de los fieles de nuestras comunidades.
Ante el regreso dentro de la “nueva normalidad”, y en sintonía con las orientaciones sanitarias de las autoridades, en la Diócesis de Texcoco, celebramos la fe atendiendo los protocolos de higiene y sanidad recomendados para la reapertura de los templos al culto público. El sábado pasado se administró el sacramento del bautismo a 16 niños de la catequesis escolarizada de las diversas parroquias que integran la Vicaría Episcopal San Andrés, y que están próximos a recibir el sacramento de la Eucaristía, y algunos también el de la Confirmación.
La celebración tuvo lugar en el Templo parroquial de San Andrés Apóstol, sede de la Vicaría Episcopal del mismo nombre; el Pbro. Francisco Oliva Calva, párroco del lugar y vicario episcopal, se encargó de integrar a la familia de Dios a estos niños, a quienes les habló acerca de la importancia del sacramento: “bautizar, significa sumergirlos, meterlos, inundarlos en la vida de Cristo, en la gracia de Dios”.
Posteriormente encomendó a papás y padrinos a velar por las almas de estos niños, a mantener su alma y su corazón limpios: “Ustedes papás, madrinas, padrinos, por favor cuiden que estas criaturas no se ensucien. Qué fácil es ensuciarnos hoy ¿verdad?, ensuciarnos con la mentira, ensuciarnos con el engaño, ensuciarnos con la pereza, ensuciarnos con el alcohol, se ensucia la familia, se ensucia el amor con el engaño, la traición, con el adulterio, con el abandono, se ensucia el trabajo cuando los compañeros de trabajo se hacen malas jugadas con tal de que la saquen, lo saquen y yo me quedo, o me paguen más, ¡qué fácil es ensuciar! Dios quiere una familia, quiere hijos limpios, por eso nosotros nos acercamos a Dios para pedir su gracia… madrinas, padrinos, papás sean ejemplo de pulcritud”, señaló. Más tarde encomendó a los asistentes: “Que no vayamos a ser piedra de tropiezo, piedra que lastima, piedra que cauce heridas, sino piedras vivas del Templo de Dios, de la Iglesia”.
Finalmente el padre Francisco, ofreció este rito del Bautismo por la salud de Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco: “¡Qué mejor que la limpieza y pureza, de estas niñas y niños la ofrezcamos a Dios por su fortaleza, por ustedes papás, por los padrinos, por los enfermos!”, concluyó.