Texcoco, Méx, 12 de marzo 2017. Se llevó a cabo la solemne Celebración Eucarística en la Santa Iglesia Catedral, en la cual se instituyó para la Diócesis de Texcoco el Ordo Viduarum. A esta orden pertenecen mujeres quienes, viviendo su estado de viudez con alegría y libertad, se consagran de manera especial a Dios y en el servicio a su Iglesia y reconocen a Jesucristo como su esposo, para ello es necesario que la viuda mediante el Rito Litúrgico de Bendición, reciba de manos del Obispo su particular vínculo con la Iglesia.
La celebración fue presidida por Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, y concelebrada por los Pbros. Gonzalo Morales Escobar, vicario episcopal para la Vida Consagrada, Miguel Ángel López Arcón, párroco en San Martín de Porres, Chimalhuacán y el Pbro. Antonio Ramírez Peña.
El obispo expresó su agradecimiento a Dios por la creación de esta orden y las primeras tres viudas que consagran su viudez a Cristo, después un proceso de discernimiento y de haber dado testimonio con su vida matrimonial; las señoras son: María Micaela Gudelia Hernández Sánchez, Cayetana Carmen Meza Gálvez y María Luisa Reyes López, ellas recibieron la encomienda de dedicarse a la oración, la caridad y al bien de sus semejantes para gloria del Señor.
Mons. Juan Manuel en su mensaje nos invita a vivir una plena amistad con Dios creando ambientes de amistad con nuestros semejantes y en todos los entornos: “A medida que perdemos la fe, a medida que nos alejamos de Dios, de Cristo, se descompone la vida, se desbarata el corazón, el estilo, las costumbres, la educación, creo que todos estamos de acuerdo que se multiplican las experiencias desagradables -y muy desagradables por desgracia- a veces en las familias… en cambio en Jesús, hermanos, a nosotros nos toca imitarlo, nos toca construir relaciones humanas… -Nos toca- ser personas, ser familias agradables, queridos hermanos, por las virtudes, por la interioridad, por la amistad, por la delicadeza… En la familia, en las parroquias, en la catedral, todos, tenemos que hacer un clima en donde de verás se diga, se sienta: ¡estoy bien, estoy a gusto. ¡Qué bonito, me encanta venir! ¡quiero estar!, ¡quiero participar!”
Al finalizar la celebración, otorgó la bendición y oró a Dios para que a las viudas consagradas les conceda estabilidad y perseverancia en su propósito.