25° Aniversario Del Instituto Laico Al Servicio De La Pastoral En La Diócesis De Texcoco.
Homilía Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo De Texcoco,
En El Centro Nacional De Reconciliación De Los Misioneros Servidores De La Palabra, Con Ocasión Del 25° Aniversario Del Instituto Laico Al Servicio De La Pastoral En La Diócesis De Texcoco.
18 junio de 2017.
“Hablar con Dios” Que cosas tan sencillas mis queridas hermanas, queridos hermanos, nos ofrece siempre la palabra de Dios. Yo me voy a referir mucho a Escuela de Pastoral cuando pronuncie, cuando proclame esa hermosura de la palabra de Dios.
Escuela de Pastoral está llamada a hablar con Dios ¡Pueblo eres familia! eres de sus confidentes, “hablar con Dios”, hoy cuando nos suceden cosas corremos a hablarle pues que a la cruz roja, que al abogado, a mil personas que necesitamos. Como es bueno recuperar esta frescura de la fe, para todo primero “hablar con Dios”. Moisés tenía una tarea muy dura, problemas muy graves, lo primero que hacía “ir, y hablar con Dios”, que nuestra Escuela de Pastoral siga teniendo esa frescura natural, espontánea, iniciativa siempre “hablar con Dios”, eso trae mucha paz, eso da mucha claridad y no nos deja enredarnos en angustias, en chismes, en cosas feas, sino que nos va dando una certidumbre muy hermosa “hablar con Dios”.
Ejercitemos hermanos esa libertad, claridad para hablar con Dios, con él no nos compliquemos, no nos entre la tecnología eclesiástica, ni religiosa, aprendamos a hablar con Dios. También ya sucede escuchar a Dios, Moisés escucho su voz, y le dijo “dile al pueblo que escuchen mi voz y que guarden mi alianza y serán mi tesoro”. Vean, si nosotros hacemos este ejercicio, hablar con Dios, escuchar a Dios es convertirnos en un tesoro de Dios. Cuantas veces se nos olvidan estas terminologías y nos metemos en la problemática de la iglesia o del mundo y nos perdemos ese gozo. Con que tú hables con Dios, con que tú escuches, eres un tesoro, eres preciado, propiedad, eres su sacerdote, eres su consagrada, su consagrado.
Y luego piensen, iremos al Evangelio, Cristo, bueno sus apóstoles mejor, los apóstoles vieron a mucha gente pobrecita, llorosa, apestosita, mal vestidita, mal comida, molesta; en unos pasajes, los apóstoles “ya échalos ya, vámonos ya, despídelos” y nuestro Señor los miró como ovejas, primero ¡son unas ovejitas! hoy en día si no te entusiasma a ti que de repente “mira tengo un ganadito tengo cincuenta, cien, doscientas ovejas”, oye pues esto es un patrimonio, así ve Cristo a los jovencitos, como un rebaño y luego decía “la mies es mucha, la cosecha es abundante, eso somos, tesoro, cosecha, mies, fruto, reino, ese es el reino de Dios. Si ya tú escuchas, hablas, anuncias a Dios, ustedes están haciendo el reino de Dios, están recogiendo la cosecha de Dios.
Hermanos en nuestra vida eclesial, en nuestros grupos, aquí en concreto ustedes, Escuela de Pastoral vean detrás de muchas clases, detrás de sacrificios, de desplazamientos muy costosos tantas veces detrás de momentos que parecen estériles hay un tesoro, hay una cosecha, hay un rebaño, hay un reino, no fino, no cosa chiquita no, el reino de Dios, a que quiero llegar junto con ustedes hermanos, tenemos que tener mas ilusiones en nuestros proyectos, más creativos, mas aventados, más para adelante, más comunitarios, más místicos, tener una mística profunda, la certidumbre de que está en juego un proyecto exitosísimo, tesoro, reino, cosecha, mies, los campos infinitos de Dios.
Estoy seguro que ustedes ya han experimentado en sus misiones, en sus tareas, en sus responsabilidades mucho gozo, mucha satisfacción, muchas sonrisas, voy a decirlo de otra manera, Escuela de Pastoral le ha cambiado la vida a muchas familias, a muchas personas, a muchas comunidades, Escuela de Pastoral lleva frutos, Escuela de Pastoral está dando frutos, Escuela de Pastoral, acción de iglesia integrada a la Diócesis y también a algún concurso nacional de los servicios pastorales va a seguir produciendo y por lo tanto va a seguir cumpliendo la voluntad de Dios.
Es lo que vuelve a decir el texto de la primera lectura “festejen mi alianza, guarden mi alianza” o sea, sigan estando de acuerdo conmigo, caminen conmigo, que se sientan, que se vea que son míos en el espíritu, estilo, sus ilusiones, “salvar” porque hay mucho dolor, porque hay mucha soledad, hay muchas personas que no tienen con quien hablar, hay mucha personas que no tienen con quien las escuche, hay muchas personas que no han percibido caricias, hay muchas personas que no tienen una palabra de oxígeno, gozo, entusiasmo en su corazón.
Escuela de Pastoral, felicitándote, te declaro tesoro para la iglesia diocesana, te declaro cosecha de Jesús, te declaro fruto, te declaro rebaño apacible, preciosos para Jesús, para su reino. Así sea.