Homilía de Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco

IV Domingo de Pascua

 

25 de abril de 2021

 

“Yo soy el Pastor de calidad”. Mis queridas, mis queridos hermanos cuanta alegría da la Iglesia en esta jornada dominical, y a lo largo de toda esta semana, ir disfrutando la figura, la presencia, la riqueza infinita, inspiradora del Buen Pastor. “Yo soy el Buen Pastor” y me gusta ese matiz con que comienzan todos los textos que se refieren a Dios como Pastor; hoy en especial a Cristo es, «Yo les pertenezco, yo les doy la vida, yo los cuido, los voy atender, los voy a escuchar», porque ustedes me conocen, yo conozco su voz, yo los conozco, me interesan, los amo, estoy cerquita de ustedes.

 

Y entonces mis queridas, mis queridos hermanos, hay un cambio de paradigma enorme, que ojalá yo como sacerdote, como Obispo, lo entienda, lo actualice; recuerdo todavía de sacerdote joven, me tocó tomar posesión de una parroquia, por decir, de un templo, me tocó tomar posesión de la Rectoría del Seminario, todavía cuando llegué a Texcoco me tocó decir y que se decía, el Obispo va a tomar posesión el 12 de agosto aquí de la Diócesis de Texcoco; ¡No! queridos hermanos, en la clave de Dios, en la mentalidad de Dios, se trata de que el otro, tus hermanos, tu comunidad, tomé posesión de ti; esto nos lo demuestra pero en una forma preciosa la mamá Ecalé, buena como el Pastor, de calidad, Pastor, bueno “Yo soy el Buen Pastor” y doy la vida por…

 

La mamá da la vida, comienza a ser mamá en el momento en que da su cuerpo, presta su cuerpo, ofrece su cuerpo, dispone todos los elementos de su cuerpo para que la criaturita viva, se alimente, crezca, este segura, garantice desde tener pelito hasta tener la última uñita del pie, y todo un universo infinito, todo un sistema maravilloso de vida, es un universo todo lo que se refiere a las venas, al sistema sanguíneo, el sistema cardiovascular, al sistema óseo, esos son sistemas, son universos infinitos, perfectamente trabados, construidos y proyectados, porque la mamá dejó que su hijo tomará posesión de ella, y fuera recogiendo los elementos que le darían proyección y garantía de una vida bonita, correcta. Así es el Buen Pastor, no como nosotros pues, que tenemos el esquema de: tener, poseer, adueñarnos, dirigir, disfrutar; y entonces fíjense al final, cuántas necesidades.

 

También me impresionó al estar repasando el tema del Buen Pastor, que la primera palabra que aparece en el Salmo 23, ‹nada me falta›, “el Señor es mi Pastor, nada me falta”; nos asomamos al mundo de hoy y, en todos los órdenes, en todos los espacios, ¡cuántas necesidades!, muchas necesidades en todos los órdenes, no podemos señalar a alguien, alguna estructura, algún nivel humano, o nivel social, como estamos acostumbrados ahora en México hacerlo, a descalificar a ciertos grupos, a ciertas personas responsables, ¡no hermanos!, eso sucede por desgracia desde los chiquito, desde las familias, desde las comunidades, desde los pueblos, las ciudades, y la gran nación o las naciones del mundo, ¡muchas necesidades!

 

Qué bonito que Cristo cuando habla de la presencia de Dios, no dice, hemos traído una comuna, un kibutz, un ejido, ¡no! el Reino de Dios, grande, abastecido, rico, para todos hay, todos tendrán, a cada persona, a cada grupo, Dios le irá ofreciendo  ‒ como ya lo hemos visto ‒  que como signos, pues tenemos el universo, desde hace miles de años el sol acude puntualmente ofrecernos la luz, el mar está ahí, el Polo Norte o el…la… todo el Antártico, y así los ríos, las montañas, la tierra que nos sostiene, el oxígeno que tanto, tantísimo necesitamos, el alimento, todo está ahí, lo de Dios ahí está, y está bien.

 

Cuando hemos metido mano nosotros, ¡Ya!, entran los peligros de los que habla aquí precisamente el Señor, y el Salmista, ha habido mercenarios, ha habido asalariados; cuidan sí, un asalariado tú le ofreces una responsabilidad y la cumple, pero es de las 8 a las 11:00 o de las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde por decir, y se va, su salario le cubre hasta determinado tiempo, se tiene que ir, qué pasa que, que se descompuso, que no se pudo sacar adelante tal compromiso, él ya tenía que irse; bueno, habido asalariados, ha habido mercenarios, esos se van más cuando hay peligros, correr; y otro fatal, el lobo, ese tira matar, el lobo destruye, el lobo dispersa, el lobo descuartiza, muchos destrozos.

 

Bueno ahí vemos el panorama mundial de la humanidad sin Dios, de la humanidad sin la mística belleza del amor en Cristo, de la donación de la vida, de la entrega total, de la preocupación por los demás; ahora recuerdo qué Mahoma decía: este gran profeta no tiene derecho, no debe estar al frente de nadie, aquel que no haya sido pastor, porque el pastor es de tiempo completo, pastores día y noche, 24 horas, siempre, muchas áreas, ya lo vimos, lo hemos visto en el Buen Pastor; el Buen Pastor ofrece la casa, pone la mesa, está el vaso lleno, está ahí el pan, está el agua, está el vino; y no dice que está más o menos, ¡no! dice se tira; cómo le dijo aquella mujer Cananea a Cristo cuando Él hablaba de que las migajitas quedarían para los paganos, le dice la mujer, ¡no! tu mesa está repleta, tú mesa es abundante, tú tienes para todos: tus judíos y para nosotros, y tienes de lo mejor, y tienes la vida, y tienes la salud, y la fortaleza para nosotros, ¡abre! déjanos acercar ya a tu mesa. Y de hecho el Salmo dice que la mesa se alarga, la estira, pone más manteles, pone sitios para que quepan más personas; al principio lo pone como pastos verdes: que se tiren, que se acuesten, que sea una alfombra  en donde puedan estar las ovejas

 

Mis queridos hermanos, pues lleguemos a una lectura concreta, directa para hoy, necesitamos la figura, necesitamos el trabajo, necesitamos el alma del Buen Pastor, en el hogar, que los papás, los que tenemos la responsabilidad de ser padres, seamos pastores, cuidadosos, entregados, y con calidad. Sé que hoy el mundo nos ha distraído y nos ha fraccionado tanto, que no se puede estar las 24 horas por decir, el jefe de familia, incluso la mamá, bueno tenemos que ser muy creativos para que con calidad, con una calidad finísima, desde el fondo del alma, nosotros podamos ofrecer garantías, mucha paz, y pues la gran educación para la vida, para el amor, para el trabajo, para ser útiles, y no andar haciendo destrozos, o descuidos en donde se nos antoje o donde nos toque estar.

 

Queridos hermanos, en este mundo que es un saco de necesidades, en este mundo donde por todas partes se respira necesidades, desórdenes, en este mundo, vamos pidiéndole a Nuestro Señor hoy, que a nosotros los cristianos, los padres de familia, los encargados de lo que sea, los líderes, los guías, los jefes, los responsables, los coordinadores, no seamos tan descuidados, tan irresponsables; que nosotros volvamos a alimentar el alma, el espíritu, de la persona del Buen Pastor, que volvamos a Él, que aprendamos de Él, que lo imitemos, y con una convicción muy especial, directa, gozosa, fuerte. Así sea.