Tulantongo, Texcoco, Méx., 16 de mayo 2013. La Festividad de Nuestro Señor, Sumo y Eterno Sacerdote, se celebró con la solemne Eucaristía presidida por el Sr. Obispo Juan Manuel Mancilla Sánchez y concelebrada por el Presbiterio de la Diócesis de Texcoco. En esta ocasión, la celebración se adelantó una semana en nuestra diócesis, en ocasión de la Reunión General del Presbiterio programada cada tercer jueves de mes.

 

En la Capilla del Seminario Diocesano de Texcoco se ofició la Santa Misa de acción de gracias por el Ministerio de los sacerdotes que colaboran en esta Iglesia Particular, donde el Obispo Juan Manuel elevó su oración a Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote para pedir por cada uno de sus sacerdotes.

Llegado el momento de la homilía, Mons. Juan Manuel presentó al sacerdote jesuita, Pbro. Dr. Rui de Menezes, quien fue su compañero de estudio en Jerusalén y Roma, y con quien ha compartido una entrañable amistad a lo largo del tiempo. Don Juan Manuel cedió el micrófono al padre Rui quien dirigió sus palabras al Presbiterio de Texcoco: “¿Cómo debe ser un presbítero, un sacerdote del siglo XXI? El presbítero debe ser un hombre sabio, un hombre santo y un hombre culto, ¿y dónde encontramos un ideal que nosotros podemos seguir? En los hechos de los Apóstoles, en las letras de san Pablo. San Pablo debe ser nuestro ideal, nuestro maestro”.

El padre Rui señaló que los sacerdotes a imagen de san Pablo, de acuerdo con las Cartas que de él podemos leer, “ellas reflexionan su mentalidad, sus pensamientos, y la relación que san Pablo tuvo con sus feligreses, que con tanto cariño y con tanto amor habla de ellos. Dice, ‘los filipenses son mi alegría y mi corona’… Nosotros los sacerdotes debemos no solo buscar la salvación propia sino la salvación de los fieles”. 

“Cristo abandonó su divinidad, y bajó al mundo y se identificó con nosotros, para que nosotros también podamos identificarnos con todos en la Iglesia… Pidamos al Señor esta gracia, para que nuestra Iglesia sea realmente la Iglesia de Cristo, Iglesia Católica”, concluyó.

Al término de la Misa la comunidad religiosa de las Siervas Guadalupanas de Cristo Sacerdote ofrecieron la comida para todos los asistentes, donde los festejados fueron los sacerdotes, quienes con entusiasmo participaron de su convivencia fraterna en torno de su Obispo Juan Manuel Mancilla Sánchez, en el Seminario, corazón de la diócesis.

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 Audio Homilía: