Chicoloapan, Méx. 24 de septiembre de 2018. El Centro Nacional de Reconciliación de los Misioneros Servidores de la Palabra fue sede del Encuentro de Jóvenes Consagrados de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla.
Con la participación de aproximadamente 300 consagrados, entre religiosas y religiosos, provenientes de diversos institutos de la arquidiócesis de Tlalnepantla y las diócesis de Izcalli, Cuautitlán, Ecatepec, Teotihuacán, Texcoco, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco, se reunieron para participar de esta actividad de preparación al próximo Sínodo de los Obispos que se realizará en octubre, en la Ciudad del Vaticano, y el cual tiene por tema central a los jóvenes.
El presbítero Alberto Sandoval Rodríguez, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Diócesis de Teotihuacán, dio la bienvenida a los participantes y a los obispos: Juan Manuel Mancilla Sánchez, de Texcoco, y Efraín Mendoza Cruz, auxiliar de Tlalnepantla. Durante la Lectio divina en la meditación del salmo 14, que dirigió Mons. Juan Manuel, los invitó a ser lo que Cristo quiere de su Iglesia, que sean personas de luz, bautismales: “Para ser agradables a Dios hay que cuidar mucho el corazón, tu interior, tu voz, tu palabra y tus obras. Tienen que ejercitarse en la belleza de la Palabra que es Jesús. Que la Iglesia sea un lugar honorable, la vida religiosa sea una vida honorable.”.
En el desarrollo del encuentro los consagrados vivieron distintos momentos donde con gran fuerza expresaron, desde sus propios carismas, su alegría, fraternidad y vocación.
La primera conferencia “Jóvenes consagrados y discernimiento vocacional”, a cargo del Pbro. José Ángel Mendoza, O.D., versó sobre la congruencia en la vida religiosa, tanto en el nivel personal como en el comunitario; y el segundo tema “La alegría como expresión de la santidad en los jóvenes consagrados”, lo dirigió el Pbro. Leoncio Alejandro Olvera, M.S.P., quien animó a los presentes a vivir su servicio siempre con alegría y contagiarla a los demás.
Posteriormente, Mons. Francisco Escobar Galicia, Obispo de Teotihuacán, presidió la Eucaristía y concelebraron los Vicarios Episcopales de la Vida Consagrada de las diferentes diócesis de la provincia. Don Guillermo los exhortó a ser sal del mundo, a ser luz que alumbra y apoyo para la Iglesia tan necesitada de escucha, de amor y de ánimo. Les invitó a ser ojos que verdaderamente vean y oídos que verdaderamente escuchen, y a vivir su ministerio con amor y alegría.
El encuentro concluyó con la comida y se recibió la grata visita del Obispo de Nezahualcóyotl, Mons. Héctor Luis Morales Sánchez.