Parte del trabajo de los evangelizadores era el impartir Sacramentos. Al respecto Fray Julián Garcés y Fray Toribio de Motolinía comentan que el sacramento de la penitencia o reconciliación comenzó a impartirse en Texcoco en el año de 1526, con mucho esfuerzo ya que era gente nueva en la fe cristiana, y había que explicarles y darles a entender qué cosa era este sacramento. Poco a poco lo fueron logrando el número de penitentes era tanto que los confesores invertían varias horas para este menester.

El Sacramento del matrimonio en esta tierra de Anahuac, o Nueva España, se comenzó a administrar solemnemente en Texcoco. “En el año 1526, domingo 14 de octubre, se desposó y casó publica y solemnemente Don Hernando, hermano del señor de Texcoco, con otros siete compañeros suyos, criados todos en la casa de Dios, y para esta fiesta llamaron de México, que son cinco leguas, a muchas personas honradas, para que festejasen sus bodas. Acabada la misa, los padrinos con todos los señores y principales del pueblo, que Tezcoco fue muy gran cosa en la Nueva España, llevaron sus ahijados al palacio o casa del señor principal, yendo delante muchos cantando y bailando; y después de comer hicieron muy gran netatilztli o baile”.[1]

 

[1] P. Mariano Cuevas. “Historia de la Iglesia en México” v .II p. 216