Nuestra Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla a través de los Equipos de Pastoral Social-Cáritas impulsan, en comunión con los Obispos de México, la Colecta de la Caridad 2020, y es durante el tiempo de Cuaresma el momento propicio para que todos los católicos donemos: tiempo de servicio, ayuda material y económica, a las obras caritativas de la Iglesia Diocesana y Parroquial, participando con entusiasmo de la Colecta anual para beneficio de las personas más necesitadas de la comunidad.
Todo el Pueblo de Dios, debe mostrarse unido, compasivo y solidario ante las situaciones de pobreza, enfermedad, migración, cárcel y otras carencias en las que se encuentran muchos de nuestros hermanos. Con tu donación ayudas a la Iglesia en su conjunto a brindar apoyo mediante proyectos de asistencia, promoción humana, transformación del tejido social e integración a la vida comunitaria y social, a aquellos que son los más necesitados del amor de Dios y de la comunidad de cristianos, que se abre para promover juntos, caminos para superar las situaciones de exclusión y marginación en nuestra sociedad y aprender a mirarnos mutuamente como hermanos.
La Colecta diocesana de la Caridad es una nueva oportunidad para hacer visible, auténtico y eficaz el mensaje solidario del Papa para la Cuaresma 2020 cuando afirma que “compartir con caridad hace al hombre más humano”.
Colaborar económicamente para sostener los trabajos solidarios y caritativos de las diócesis y sus parroquias, anima la esperanza de que todo proceso pastoral, verdaderamente evangelizador y humanizador; comprende que la tarea de la caridad nos compete a todos como Iglesia y sociedad. Los agentes de pastoral comprometidos deben ser los más dispuestos a colaborar y participar con la Colecta, promoverla y difundirla en todas las comunidades.
La Colecta de la Caridad, “Colecta Cáritas”, es expresión de servicio, comunión, participación y compromiso solidario del amor de la comunidad de católicos y personas de buena voluntad con Dios y con el prójimo, es respuesta generosa a la misión de transformar la realidad social de los pobres, y en ella se renueva el compromiso cristiano de seguir trabajando juntos por una sociedad más justa, fraterna y solidaria, en la construcción incesante del Reino de Dios.