compromisosdelconiam2014

1. Jesús, el Señor, nos ha enseñado a ser buenos con los demás y nos ha elegido para seguir su camino de servicio y amor a todos los hombres del mundo. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a practicar su ejemplo de bondad y a seguir el mismo camino de servicio que recorrió Jesús, haciendo todas las cosas que nos toca hacer en nuestras propias vidas con entrega y pasión.

2. Jesucristo, el Hijo de Dios vivo, siempre estuvo en perfecta comunión con su Padre. Con sus palabras, milagros y oración nos manifestó el rostro amoroso de Dios y su Reino de amor y justicia. Estando seguros de que Jesús confía en nosotros, los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a seguir el testimonio de vida de Jesús viviendo en comunión y amor con nuestra familia, con nuestros amigos y con todos los que nos rodean.

3. Así como Jesús obedeció siempre la voluntad de su Padre y por un amor infinito dio su vida por nosotros, los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a ser amigos obedientes de Jesús, escuchando la Palabra de Dios y transmitiendo el Evangelio a los demás mediante nuestros gestos y acciones, con amor, entrega total de vida, alegría, ánimo y humildad y obedeciendo su mandato misionero para todo el mundo.

4. San José nos ha brindado un gran ejemplo de fe, obediencia, humildad, servicio y valentía en la misión que se le encomendó. Él aceptó cuidar y educar con cariño al niño Jesús siendo un padre para él, y proteger y respetar a María. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a aceptar con obediencia y valentía, como san José, la voluntad de Dios y entregarnos totalmente a la misión que a cada uno nos ha encomendado.

5. Con la fuerza del Espíritu Santo, Dios nos ha regalado la vida de gracia a través los sacramentos. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a compartir con gozo y alegría esta vida de gracia que hemos recibido de parte de Dios obedeciendo los mandamientos y contagiando nuestra fe, para que todas las personas que nos rodean vean en nuestra vida el mensaje del Evangelio.

6. La Virgen de Guadalupe, aceptando con obediencia y valentía la voluntad de Dios, dijo siempre sí al Padre, y ahora ella acompaña a la Iglesia como misionera, nos ama, nos cuida e intercede por nosotros. Los niños y adolescentes nos comprometemos a ser misioneros como María de Guadalupe llevando el mensaje de su Hijo Jesús.

7. La Eucaristía es el alimento de vida del cristiano, en ella, Jesús se hace presente en nuestras vidas y nos anima y fortalece para ser como Él. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a asistir a la Santa Misa, en la cual Jesús nos invita a vivir el amor y así podamos ayudar a otros niños a que lo conozcan, crezcan en su amistad y lo imiten.

8. Dios nos ama a todos nos lo demuestra en nuestras vidas, por medio de las personas y de la naturaleza. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a dar a conocer este amor de Dios aprendiendo más de Él, escuchando su Palabra, dando testimonio y amando a todos con el mismo amor que Él nos ha amado.

9. Dios Padre nos habla por medio de su Palabra, que es Jesús, Él ilumina nuestras vidas, orienta nuestros pasos, nos ayuda a no tropezar y nos muestra el camino para llegar al Padre. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a escuchar la Palabra de Dios en la Santa Misa y en todas las situaciones de nuestras vidas, especialmente como comunidad parroquial en comunión con nuestra Diócesis, para después anunciarla y dar testimonio de ella en el servicio a los demás.

10. Dios Hijo quiso nacer en medio de una familia, de José y María aprendió a vivir, a escuchar y obedecer la voluntad de Dios, a orar, y a trabajar. Los niños y adolescentes misioneros nos comprometemos a amar, respetar y obedecer a nuestra familia, a ejemplo del niño Jesús, siendo dóciles a nuestros padres y hermanos.