Mensaje a los colaboradores de la Curia, Catedral y Casa Episcopal

Mensaje a los colaboradores de la Curia, Catedral y Casa Episcopal

Texcoco, Méx. 13 de diciembre 2016.- “Que todos los que lleguen a este lugar, encuentren a Dios, se lleven a Dios, aunque sea un poquito, porque nosotros queremos e intentamos hacer la voluntad del Padre”, estas palabras las recibieron los colaboradores de las oficinas de la Curia, de los organismos pastorales, personal de la Catedral de Texcoco y de la Casa Episcopal, reunidos en la Capilla de la Tercera Orden para dar gracias a Dios por un año de bendiciones y crecimiento en el servicio al Gobierno Pastoral del Señor Obispo Juan Manuel Mancilla Sánchez en la Diócesis de Texcoco.

Don Juan Manuel pidió a los sacerdotes, religiosas y laicos su oración porque el obispo sea el primero que haga la voluntad del Padre y se sujete a las cosas de Dios, que busque y se esmere en hacer su Voluntad, y que así “toda la familia diocesana camine en esa tónica y con ese espíritu gozoso y festivo de hacer la voluntad de nuestro Padre Dios.”

También elevó esta petición a Dios: “que ustedes no contaminen, y que se vuelvan cada vez más agentes de servicio. Yo quiero ser un obispo servidor, un obispo que se abaja, que escucha a Dios. Los invito que al primero que ustedes corrijan sea al obispo, que lo hagan tomar siempre los caminos de bien, amor y salud”, y enfatizó: “Aceptar la corrección es caminar, perdonar y hacer mejor las cosas.”

En su reflexión afirmó: “Ustedes son personas de labios puros, labios sencillos, bondadosos. Que en este lugar nadie pueda decir de nosotros que tenemos labios flojos, altaneros, amenazadores, sino más bien, parecidos a la Santísima Virgen, a nuestra Inmaculada Concepción, santa patrona en esta Iglesia Catedral. Que todos invoquen el nombre del Señor, con la oración, con el hacer más y mejor esta casa, familia, comunidad de Dios en el servicio y colaboración en la Curia.”

Exhortó a los presentes a “No cometer maldades y no hacer daño a nadie, no decir mentiras”, sino, “Conducirnos en un camino de verdad y amor, y trabajar con mucha paz y tranquilidad interior. Que en nuestro corazón haya esa serenidad y armonía que necesita el servicio a nuestro Pueblo”, porque una persona que no tiene tranquilidad “toma decisiones malas o torcidas”, señaló.

“Bendigamos al Señor a toda hora. Bendigámoslo porque Él nos necesitó, Él se fijó en nosotros, quiso traernos a colaborar aquí, y que nuestro testimonio haga posible que muchos más se involucren y participen en este gozo interior de bendecir al Señor a toda hora.”