“Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?, ¡Tú eres el Cristo!”.

Homilía Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo De Texcoco

16 de septiembre de 2018

“Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?, ¡Tú eres el Cristo!”.

Queridos hermanos, es tan sencillo e l que nosotros busquemos entender este momento, este pasaje de la vida de Cristo, como lo vemos habitualmente en nuestras relaciones humanas. ¿Y Él quién es?, ¿y quién se cree, por qué me dijo eso? Siempre la identidad, la autoridad de una persona cuenta mucho, ¿y él por qué?, a ese no le toca, ¿por qué se mete en lo que no le importa? Mis queridos hermanos por eso Jesús quería que sus discípulos tomaran una conciencia profunda de ¿quién es Él?, y sabemos que solo Dios podía decir la identidad, la misión concreta de Jesús.

Y el apóstol Pedro es el que garantiza el que nosotros no perdamos la esencia de Jesús, el misterio profundo de Jesús «Él viene de Dios, ha traído el amor de Dios, ha recogido la santidad de Dios, la verdad infinita, la sabiduría perfecta para darnos a nosotros la salvación». Y justamente con sus obras irá demostrando, con sus palabras irá explicando, que Él viene de Dios; de hecho en sus palabras nosotros encontramos expresiones como: “Nadie ha hablado como Él” y de ningún ser humano se han estudiado, aprendido, valorado, difundido palabras y expresiones como las de Jesús; pueden ser parábolas, pueden ser imágenes, pueden ser expresiones y frases muy directas, directitas al hombre, pero nadie ha hablado como Él. En otras ocasiones sus enemigos comentaban “Todo lo hace bien”.

Y queridos hermanos yo como quisiera detenerme junto con ustedes en este momento con lo que los propios enemigos de Jesús decían “Todo lo hace bien: hace oír a los sordos, ha dado la vista a los ciegos, hace andar a los paralíticos, ha curado a los leprosos, ha resucitado a los muertos”; y hermanos, las obras buenas y admirables de Jesús permanecen, hoy miles y miles de discípulos de Jesús pueden realizar obras buenas, muchas obras buenas en las escuelas, en las universidades, en los asilos, en los lugares de servicio, como pueden ser incluso los hospitales, en las parroquias.

Por ejemplo en la crisis que acaba de pasar en España, las parroquias abrieron cientos y cientos de comedores para los que no tenían que comer; en nuestra patria se siguen abriendo espacios de servicio muy modestos, pero cada vez, y cada que se abre una parroquia, se abre un espacio de servicio para instruir a los niños, para motivarlos a las obras buenas, para acercarlos a Dios. “Todo lo hace bien” y hoy existen millones y millones de experiencias, servicios que quieren ser una caricia de Dios para su pueblo, para los necesitados, para todas las personas que están oprimidas o abandonadas.

Queridos hermanos porque Cristo es de Dios, por su vinculación, por su pertenencia a Dios, llenó de luz el universo, hizo tantas cosas y obras buenas que perduran; y esto bien saben ustedes, lo podemos alargar a la construcción, cuántos arquitectos y cuántos ingenieros, y cuántos albañiles han trabajado para la gloria de Jesús; para sus capillas, sus templos, sus parroquias, sus catedrales. Cuántos orfebres no han trabajado para pulir las piedras preciosas que adornen las imágenes de la Santísima Virgen, las imágenes mismas de Cristo Rey, y así, la lista es interminable; cuántos músicos han puesto su gozo de componer o de interpretar melodías para honrar a Cristo, inspirados por el espíritu de Cristo, el canto, la pintura, la escultura. Yo creo que no ha recibido nadie tanto aporte y tanta inspiración como en base a Jesús, porque Él es de Dios, y Él decía mis palabras, “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”; su persona, su patrimonio, sus ideales, su mensaje, no pasará.

¿Quién es Jesús? Muchos se han preguntado, y sobre todo los científicos han querido dar mil razones, mil interpretaciones, y mil también difamaciones de Jesús, y sin embargo las mejores respuestas han estado en los niños, en los jóvenes, en las familias, en los padres, en los abuelos cristianos que siguen dando la vida, que se siguen sacrificando como Él decía «Y el Hijo del hombre todo esto lo va a hacer entregando la vida, entregando su cuerpo, entregando sus energías, entregando su patrimonio», de suerte que ahora llamamos “padre” a Dios gracias a Jesús, podemos llamar “madre” a la Santísima Virgen gracias a Jesús, y podemos decir yo tengo una familia, tengo una gran comunidad, – la Iglesia – gracias a Jesús; y el patrimonio es impresionante.

Bueno, y quiero otra vez reducirme a esto tan sencillo “con mi obras demostraré mi fe”. Si alguien ha demostrado con obras buenas, con obras constructivas, con obras de caridad, con obras de servicio, con obras culturales, con obras espirituales, con obras de consuelo, con obras que construyen la paz del alma, es Jesucristo Nuestro Señor.

Mis queridos hermanos, gracias a Dios pertenecemos a Él, gracias a Dios tenemos el honor de ser cristianos; hagamos que se desencadene, demos curso a la energía espiritual, humana y humanizadora de Jesús, buscando las buenas obras; nos apabullan hoy las acciones trágicas y malas que suceden en el mundo, porque los cristianos hemos olvidado pertenecer a Jesús, alimentarnos de Jesús, emocionarnos con Jesús, inspirarnos en su verdadero espíritu de amor, de entrega, de servicio, de solidaridad, de presencia donde nos necesiten.

Queridos hermanos ¿quién es Jesús?, ¿Quién soy Yo? Hoy, preguntémonos: Iglesia ¿quién eres tú?, ¿de quién eres tú?, ¿a quién perteneces tú?, ¿quién te está moviendo a ti?, ¿quién te ha convocado a ti?, ¿quién te ha enriquecido a ti?, ¡Jesús, el Salvador! Salvar, servir, ayudar, transformar sea nuestra meta.

Nuestra patria va a mejorar en la medida en que los cristianos despertemos, en la medida en que los cristianos sigamos relacionándonos, en la medida en que los cristianos sigamos organizándonos, en la medida en que los que hemos recibido su divina salvación e inspiración vivamos como Él, vivamos para Él, y sirvamos con inmensa alegría a nuestro pueblo. Así sea.