Texcoco, México, diciembre 07 de 2015. La Diócesis de Texcoco, celebra las vísperas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, patrona de la Santa Iglesia Catedral y de la Diócesis de Texcoco.
A las 5:00 pm. religiosas y religiosos de las distintas congregaciones que residen en territorio diocesano se dieron cita en la Catedral para entonar el himno a la Madre de Dios, denominado Akáthistos. “Es un cántico totalmente centrado en Cristo, a quien se contempla a la luz de su Madre virgen… Recorremos las etapas de su existencia y alabaremos los prodigios que el Todopoderoso realizó en ella: su concepción virginal, inicio y principio de la nueva creación, su maternidad divina, y su participación en la misión de su Hijo, especialmente en los momentos de su pasión, muerte y resurrección… La saludamos con el título de Llena de Gracia e imploramos su intercesión por todos los hijos de la Iglesia que, con este himno Akáthistos, celebra su gloria.” (1) Juan Pablo II. Homilía 8 de diciembre de 2000.
Alrededor de 350 personas entre sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas y laicos asistieron a este acto de fe, el cual presidió Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de nuestra querida Diócesis, quien manifestó su alegría a los presentes por estar celebrando ya a la Inmaculada Concepción: “Como la contempla hoy la Iglesia… toda y siempre digna, toda y siempre juvenil, toda y siempre intachable …es el dogma más delicioso que nosotros tenemos en nuestra Iglesia y de ahí se desprende su hermosura, y de ahí se desprende su maternidad y de ahí se desprende su servicio enriquecedor para toda la Iglesia y para toda la humanidad”. Invitó a los asistentes a imitar el estilo de vida de Nuestro Señor Jesucristo, a ser personas dignas, llenas de rectitud y de inocencia, a ser veraces y a no dejarse ensuciar por nada. Así mismo, los llamó a confiarse a la Santísima Virgen María porque ella recogió todas las enseñanzas de Jesús su Hijo: “Hoy nuestra diócesis se pone a los pies de la Santísima Virgen suplicando: Concédenos tu inocencia, concédenos tu pureza intachable, también nosotros queremos una Iglesia limpia, también nosotros queremos una Iglesia dispuesta a cumplir la voluntad del Padre, la Palabra divina, como tú lo pediste… viva como él es… tener consagrados, estudiantes, religiosos, sacerdotes, obispo irreprochables, que nadie vaya a sentir dolor, sufrimiento por nuestra conducta, por nuestras actitudes vanas, por nuestros sentimientos humanos; que nosotros como la Virgen María seamos personas intachables…”
Al finalizar Don Juan Manuel, realizó la clausura del año dedicado de la Vida Consagrada en nuestra Diócesis.